Opinión

La justicia, el PIB gallego y las mordidas

Tantas actuaciones judiciales van a acabar afectando al PIB gallego", bromeóun asesor del alcalde de uno de los ayuntamientos investigados por presuntas corruptelas. El hombre se queja de que la Administración se mueve ahora a ritmo más cansino por el temor de los funcionario a meter la pata. Incluso para una obra urgente como la rotura de una tubería se toman cautelas excesivas para no aparecer citado en alguno de los sumarios judiciales. Los empleados públicos intentan eludir el brete de puntuar las ofertas de un concurso, no vaya a ser...

Y también puede ser cierto que en estos momentos se esté destinando una pasta gansa a asesorías legales para no incurrir en algún equívoco en los pliegos de contratación. Es a lo que hemos tenido que llegar para acabar con las mordidas, porque aquí nos habíamos acostumbrado a que lo normal era poner la mano.

Ayer el presidente Rajoy afirmó durante la presentación de sus medidas contra la corrupción que no es un hecho generalizado y se equivoca. El extesorero de su partido, Luis Bárcenas, está en la trena; la exministra Ana Mato se ha visto obligada a dimitir por el empujoncito del juez Ruz; el expresidente balear Jaume Matas lucha para conseguir el tercer grado penitenciario; el todopoderoso presidente de la Diputación de Castellón disfruta de sus últimas horas antes de pisar el talego; en Cataluña no se movía un ladrillo sin antes pasar por caja como denunció en su día Pascual Maragall en el Parlament; en Andalucía el escándalo de los ERE salpica a dos expresidentes socialistas de la Junta y empaña el trabajo sindical de años; las instituciones gallegas también están bajo la lupa judicial y hasta tenemos a la tonadillera Isabel Pantoja cantando entre rejas 'pena, penita, pena'. Ha trincado hasta el primo del concejal que parecía no pintar nada y mandaba como un gorrilla en época de Franco y se continuaría con las mismas prácticas si no fuese porque cuando no hay dinero para repartir se empieza a contar la calderilla. 

Por cierto, el PIB del último trimestre en esta tierra ha sido muy gallego: no sube, tampoco baja. Y aunque la culpa de que no haya subido se pudiese imputar a las actuaciones judiciales, habría que brindar. Parece que por fin las cosas se empiezan a hacer bien.

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