Opinión

Pedro rellena la foto

Hacía muchas campañas que los socialistas ourensanos no lograban rellenar la fotografía en un acto llamado a ser multitudinario. La semana pasada un colega preguntó por el futuro de Pedro Sánchez frente a Susana Díaz ante un auditorio que se presuponía enterado tras años de espinosa militancia. "Veremos si pincha en Ourense, su primera visita a Galicia", respondió un socialista veterano. La comida en Expourense con el por aquel entonces secretario general durante las últimas elecciones gallegas reunió a 300 comensales con una cara más apropiada para dar un pésame que para convencer al personal de que te confíe el voto. Habría que remontarse a los mítines de Felipe González y de Alfonso Guerra en el pabellón de Os Remedios para poder ponderar lo que sucedió anteanoche en el edificio Politécnico del Campus ourensano y tampoco se sería objetivo. Son otros tiempos y otros líderes.

La gran diferencia es que antes el partido apoquinaba los autobuses para abarrotar el recinto y ahora es la militancia la que paga el autobús para escuchar a un mártir. "Los pocos cargos que hay aquí no acaban de entender que se le está yendo el poder de las manos porque la militancia tiene criterio y ha dejado de obedecer a los mismos", confesaba una socialista de Ourense, satisfecha por haberse reunido más de mil personas. Es curioso. La pelea por la secretaría general del PSOE se contempla como un enfrentamiento entre partido y militancia, cuando sin el hechicero tendría que ser imposible el hechizo, como diría Saramago. Esa militancia tiene dudas de que Pedro Sánchez sea de izquierdas, pero tiene claro que al menos representa el no a la derecha y está dispuesta rascarse el bolsillo para devolverlo al trono de Ferraz, quizá por la efectista renuncia al acta de diputado.

Desde Fene llegó un autobús tras parar a recoger gente por A Coruña. Desde O Barco se desplazó un microbús. También asistieron a la prédica de Sánchez simpatizantes de Pontevedra y de Vigo. Y cuando llegó la hora de cerrar el chiringuito se sopesó que el candidato durmiese en casa de algún militante como hizo en la anterior campaña a la dirección del partido, pero al final le pagaron el hotel Princess a escote. Ahora el foco está en Susana Díaz.

Te puede interesar