Opinión

Prostitución y falso feminismo

Qué más ejemplos de esclavitud sexual se necesitan para legalizar la prostitución y dotar al oficio más antiguo del mundo de derechos y obligaciones tributarias? Siempre y cuando mujeres y hombres la ejerzan en libertad. El testimonio de la nigeriana rescatada en Vigo resulta espeluznante, pero en vez de atajar el problema tras un debate serio y sosegado, una parte de la sociedad prefiere abrazar un falso feminismo.

Dentro de las propuestas electorales, a veces desnortadas, del líder de ciudadanos, Albert Rivera, apuesta por legalizar esta actividad, como sucede en un país como Holanda, está cargada de sensatez. Pero al hombre le han caído más palos que por pretender que la alta velocidad a Galicia quede en vía muerta.

La prostitución mueve al año en españa 18.000 millones de euros, más que el presupuesto de la Xunta de Galicia para dos ejercicios. Los inspectores de Hacienda calculan que con su legalización y la del tráfico de drogas blandas se recaudaría 6.000 millones al año. Son conscientes de que el debate se estrella contra una moralina paralizante y eso que esos señores que fiscalizan las cuentas del personal advierten de que no sólo mejoraría la salud de las arcas públicas, la de los que ejercen el oficio y la de los consumidores de esta clase de servicios, sino que una decisión valiente también permitiría eliminar delitos como el de coacción o el de proxenetismo.

Las personas que convienen que el cuerpo de una mujer es suyo para decidir si aborta o no sin que ninguna ley se lo impida, no deberían escandalizarse porque decida emplearlo para obtener un beneficio económico. Pero, lamentablemente, este pensamiento recibirá tantos palos como Albert Rivera o los inspectores de Hacienda. Mientras nos enredamos con discusiones estériles, situaciones como la de esclava sexual nigeriana seguirán ocurriendo a diario. 

 

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