ENTROIDO

Xinzo abrió el Entroido rebozando a los vecinos con 600 kilos de harina

Domingo Fareleiro en Xinzo (JOSÉ PAZ)
photo_camera Domingo Fareleiro en Xinzo (JOSÉ PAZ)

El buen tiempo facilitó la tradicional "batalla da farelada", que dejó cubierto de blanco buena parte del casco urbano

Xinzo vivió ayer su tradicional Domingo Fareleiro, el primero de su larga fiesta del Entroido (finalizará el próximo 22 de febrero), que dejó a buena parte del casco urbano cubierto de blanco. La "batalla" de la harina ya comenzó a primera hora de la mañana en la Plaza Maior, pero fue por la tarde cuando se sumaron más participantes, unos con bolsas de plástico en la cabeza y otros con capuchones, fundas y gorras, para impedir que la harina se metiera entre las ropas. Hasta hubo quien utilizó atomizadores y ventiladores para rebozar a todo el que encontrara a su paso y en total se esparcieron más de 600 kilos, según los datos facilitados por el Concello.

Eso sí, los asistentes cumplieron las normas de no tirar la harina directamente a lo ojos, ni tampoco contra los escaparates de los negocios y las fachadas de los edificios.

La jornada estuvo marcada por el buen tiempo que facilitó la afluencia de público. El concejal de Festejos, Carlos Gómez, recordaba que este año se cumplió la tradición que dice que si llueve por San Sebastián, fiesta que se celebró el pasado día 18, "fai bo tempo no Entroido", aseguró el edil.

La afluencia de conductores para participar en la fiesta obligó a la Policía Local a regular la circulación en los cruces más céntricos de la villa para evitar posibles accidentes. Sobre las ocho de la tarde, las avenidas de Ourense y Madrid están repletas de vehículos estacionas, lo que obligó a más de un conductor a buscar lugares para aparcar en los alrededores del casco urbano.

El Domingo Fareleiro arrancó después del multitudinario "petardazo" celebrado a la medianoche del sábado en la Plaza de Carlos Casares, donde un reloj marca durante el año el tiempo que falta para el Entroido.

La fiesta ya comenzó en la villa y, junto con la harina, ya se dejaron ver ayer atrevidos disfraces. "Estos festexos forman parte do sentir dos veciños. Creo que hai moi poucas persoas que non lles guste", apuntó Carlos Gómez.

Los negocios hoteleros retiraron buena parte del mobiliario y cubrieron con plásticos los televisores y aparatos de música para que no se llenaran de harina.

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