Los 15 mártires salesianos gallegos beatificados en Roma eran los protagonistas del encuentro que ayer la Residencia Salesiana celebraba en la villa de Allariz. Cerca de un centenar de personas entre los que se encontraban sacerdotes, familiares de los mártires y vecinos, no quisieron perderse la conferencia del sacerdote diocesano, José Ramón Hernández Figueiredo. Por la tarde, las celebraciones se trasladaron a la iglesia de las religiosas clarisas, con una eucaristía presidida por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro.
El Fogar dos Maiores de la villa alaricana acogía ayer un acto de homenaje a los mártires salesianos beatificados en Roma el pasado 28 de octubre. Bajo la atenta mirada de sacerdotes, familiares de mártires y vecinos de Allariz, el director de la Residencia Salesiana, Emilio Cabanelas, era el encargado de inaugurar el encuentro. Pasados unos minutos de las doce del mediodía, la actuación de la rondalla parroquial de Allariz servía de preludio para la conferencia del sacerdote diocesano José Ramón Hernández Figueiredo.
Más que hablar sobre la vida de los beatos, Figueiredo se limitó a contextualizar lo que ha querido ser este acto de beatificación por parte de la iglesia. Estos 15 nuevos beatos salesianos se merecen este reconocimiento por su extenso sentimiento de fe, porque les interesó más mantenerse en su compromiso vocacional. Al tiempo que señalaba ha sido una coincidencia que suceda a la vez que la ley de la memoria histórica. Esta es la culminación de un largo proceso que comenzó en 1987, matizaba.
Durante el homenaje también estuvo presente el inspector salesiano, José Rodríguez Pacheco, que resaltó que este es un acto sumamente importante y trasparente, al tiempo que quiso dejar claro que estos beatos no son ni héroes, ni víctimas de ningún bando de la España de 1936 a 1939. Simplemente son testigos de su fe en Jesucristo, personas que fueron capaces de perdonar, querer y pedir incluso, por aquellos que les martirizaron. Por su parte, el párroco de Allariz, José Canal, resaltó que tenemos que estar contentos y orgullosos por contar con todos estos mártires de nuestra zona.
Por la tarde, el obispo de Ourense, Luis Quinteiro, fue el encargado de presidir la eucaristía en la iglesia de las religiosas clarisas, acompañado José Rodríguez Pacheco y diversos párrocos y sacerdotes de la diócesis. Un acto que contó con la coral de las religiosas del monasterio.
