Directora del Instituto de Promoción Humana

Gladys Cáceres: ‘La despoblación es una trampa mortal’

Gladys Cáceres, ayer en Nanín. (Foto: Eva Domínguez)
‘Tratamos de concienciar a la población a pedir sólo en caso de emergencia y no como costumbre’, apunta Gladys Gallego, directora de una ONG de Nicaragua.
La Asociación de Mulleres Rurais en Nanín acogió ayer la visita de los representantes del Instituto de Promoción Humana de la localidad de Somoto, departamento de Madriz en Nicaragua (INPRHU), dentro del programa ‘Visitas ao Norte’, que anualmente realiza el Fondo Galego de Cooperación e Solidaridade. Una organización no gubernamental que en su viaje a Galicia está representada por Luis Álvarez y la directora Gladys Cáceres, quien acercaba a los alaricanos sobre la situación de las mujeres y la juventud nicaragüense.

¿Por qué Allariz?

Allariz es uno de los ayuntamientos que, en materia de violencia de género, trabaja asiduamente con la organización ‘Paz y Desarrollo’, entidad con la que colaboramos. De ahí que una de nuestras paradas obligadas fuera con las mujeres del municipio, con quienes intercambiamos nuestras opiniones y modos de combatir el tema de género.

¿Hay muchas diferencias?

No. Tanto en Allariz como en Somoto fomentamos la implicamos de mujeres y hombres por igual en programas que tratan de erradicar el tema de la violencia. En cuanto al incremento de casos de violencia en España, me han comentado que son similares pero que ahora tienen más repercusión, tanto en los medios como en la repulsa de la sociedad. Quizá, en Nicaragua, no tenga tanta repercusión mediática, pero sí existe un movimiento femenino muy fuerte que está luchando por sus derechos.

¿En qué consiste la colaboración del Fondo Galego y el Instituto que preside?

Desde hace varios años, el Fondo Galego de Cooperación colabora en el desarrollo de proyectos socio-educativos en nuestra comunidad. Con estos viajes, lo que se pretende es dar a conocer a la población gallega a qué se destinan esos fondos que salen de sus impuestos. Además, queremos sensibilizar a la población sobre la importancia de unas ayudas que favorece el desarrollo del tercer mundo y, en la medida que se dan allá nuevas oportunidades, se frena el proceso de la emigración.

Allí, en Nicaragua, procuramos cambiar esa visión de los locales de que, para crecer como sociedad y país, hay que pedir a la cooperación. ‘Pedir’ es sólo en caso de emergencia y no como una costumbre.

¿Qué tipo de acciones destacaría?

El INPRHU otorga prioridades a los programas de salud preventiva, créditos, agricultura orgánica, apoyo a las comunidades indígenas y fortalecimiento de los gobiernos locales. Sin embargo, los proyectos concretos que desarrollamos en colaboración con el Fondo Galego de Cooperación están centrados en la rehabilitación de viviendas en el campo para darles una ubicación digna y la educación alternativa rural. Debemos ofrecer a los jóvenes sin recursos una oportunidad para tener una carrera técnica que después les permita crear una empresa y quedarse en su pueblo evitando el éxodo a la ciudad.

¿Sería exportable a Galicia, donde aumenta la despoblación en el rural?

La despoblación del rural es una trampa mortal. Del campo provienen los alimentos sanos y en ellos están los pulmones de toda la sociedad. Claro que es aplicable a Galicia, a España y a toda Europa. Pero es un proceso que hay que facilitar porque no se da por decreto, y que requiere de la implicación de toda la sociedad. Nuestro papel es acompañar a los distintos gobiernos en el desarrollo de los proyectos.

¿Qué queda por hacer?

Continuar educando. Como ONG que somos, no entendemos ningún proceso, ni de desarrollo económico, sanitario o agrícola, sin educación.


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