Un atípico grupo de peregrinos recorría a pie esta semana la distancia que separa Allariz de Portela do Home (Lobios). Un paseo por tierras de Celanova y Baixa Limia que les ha permitido descubrir joyas como el Aquis Querquernis de Bande.
Josemi Lorenzo, Noelia Sánchez, Pegi Ramos, Juan Carlos Sanz, Blanca Bazaco, Patricia Ruíz y Francisco Javier Roldán iniciaban el pasado viernes una peculiar peregrinación por la zona sur de la provincia de Ourense en un recorrido por tierras de Allariz, Celanova y Baixa Limia. Sin seguir ningún tipo de camino o ruta, este grupo de amigos procedente de distintos puntos de la geografía española (Madrid, Barcelona, Jerez de la Frontera y Soria) disfrutaba así de su semana de vacaciones.
Al vivir cada uno en una punta de España, y a pesar de que procuramos vernos durante el año, cada verano reservamos unos días para irnos juntos a recorrer España, explicaba Josemi Lorenzo. Sin ningún tipo de vinculación con Ourense, sólo el deseo de visitar la iglesia visigótica de Santa Comba de Bande, matizan los jóvenes, el viernes pasado salían desde el Campo da Barreira de Allariz con destino a Celanova. Es una caminata sin rutas ni nada parecido.
Llevamos un mapa y seguimos la carretera hasta la frontera. Tan pronto hacemos todo el día de un tirón, como nos encontramos un bar a media mañana y damos por finalizada la jornada, añade Pegi Ramos. Aunque se confiesan unos auténticos antideportistas, durante esta semana se han levantado a las siete de la mañana para recorrer a pie entre 28 y 34 kilómetros duranta cada una de las jornadas de su particular peregrinación.
Al vivir cada uno en una punta de España, y a pesar de que procuramos vernos durante el año, cada verano reservamos unos días para irnos juntos a recorrer España, explicaba Josemi Lorenzo. Sin ningún tipo de vinculación con Ourense, sólo el deseo de visitar la iglesia visigótica de Santa Comba de Bande, matizan los jóvenes, el viernes pasado salían desde el Campo da Barreira de Allariz con destino a Celanova. Es una caminata sin rutas ni nada parecido.
Llevamos un mapa y seguimos la carretera hasta la frontera. Tan pronto hacemos todo el día de un tirón, como nos encontramos un bar a media mañana y damos por finalizada la jornada, añade Pegi Ramos. Aunque se confiesan unos auténticos antideportistas, durante esta semana se han levantado a las siete de la mañana para recorrer a pie entre 28 y 34 kilómetros duranta cada una de las jornadas de su particular peregrinación.
