AGRADECIDO POR EL BUEN TRATO

Las circunstancias han hecho que en el pasado mes de agosto haya tenido que acudir a 'urgencias hospitalarias' en dos ocasiones, a la que añado otra del mes de julio.
Entrar por 'urgencias' tiene determinadas connotaciones que cuando pasas esa experiencia aprendes a soportar. Además de otros enfermos en circunstancias que nos podemos imaginar, de inmediato, se cumple un protocolo que empieza por la 'vía', la muestra de sangre para la analítica, placas...y, sobre todo, por una especie de cama con forro de plástico donde te tumban panza arriba y acabas abrasado por las luces del techo. Si, encima, no puedes estar acostado por problemas de un edema pulmonar...

Pero ese calvario dura lo que dura el tiempo para que el personal sanitario controle tus dolencias. El doctor/a decide si tras las primeras exploraciones y datos te mantiene en observación (no mas de 48 horas) o decide que tienes que ingresar. Ya he pasado por todas las vicisitudes, desde ingreso, estancia 24 horas en observación, y, de nuevo, ingreso. No puedo decir de 'urgencias' otra cosa que he sido atendido con profesionalidad, que sería mucho, pero, además, con afecto y cercanía, pese a haber acudido en la última ocasión, solo y por mi pie, a las 4 de la madrugada. Pero entre la decisión de hospitalizarme y que en 'planta' hubiese una cama libre pasaron 15 largas horas. Los recortes, los políticos, los de siempre.

Diez días en el centro hospitalario se hacen aburridos, reiterativos y te procuran (si te puedes mover medianamente) un puesto de observación interesante. De mis observaciones, subjetivas, por supuesto, pero no dejan de ser las de un enfermo, no puedo decir otra cosa que todo el personal que he ido viendo desfilar en los varios turnos, como había ocurrido en 'urgencias', es personal competente, con mucho empeño en mostrarse cercano, despliegue de atenciones y grandes dosis de paciencia. Y en el concepto 'personal' incluyo a todos.

Es lo que quiero hacer notar con esta carta al director: mi agradecimiento a todos ellos. También, en contraste entre su generoso esfuerzo y las chapuzas de los políticos con sus recortes y sus mentiras. Porque 15 horas esperando una cama no es culpa del personal sanitario, si no de los políticos que con los 'recortes' juegan con nuestras vidas suprimiendo camas, habitaciones y servicios. Repito: juegan con nuestras vidas.

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