ANDREOTTI, ACTOR DE LA HISTORIA DE ITALIA

Hablar de Gulio Andreotti no es sólo mirar a Italia, sino analizar el desarrollo político y económico de Europa en un momento de cambios rápidos y profundos. La trayectoria política de Andreotti estuvo marcada por cuatro prioridades: su partido, los intereses de la OTAN y su papel en la geopolítica del Mediterráneo y los intereses del Vaticano como poder material.
Apareció en público por primera vez acompañando a Alcide Degasperi, después de la Segunda Guerra Mundial, para recuperar la democracia en Italia. No tiene que sorprender que un personaje con tan dilatada vida política en esos momentos, sea un personaje controvertido.

Los diversos debates que ha sostenido están íntimamente entrecruzados. El primero lo constituyó en aquel momento el de República o Monaquía. El pueblo votó República como un castigo a la connivencia que había mantenido el rey con Mussolini. El segundo debate lo lideró como responsable del Gobierno cundo fue asesinado Aldo Moro. Fue precisamente durante la presidencia de gobierno de Andreotti -el día que se votaba en el parlamento una moción de confianza- cuando fue secuestrado Aldo Moro, después de 55 días de secuestro fue asesinado. En esos días tuvieron lugar todo tipo de negociaciones, pero no prevaleció el derecho a vivir de una persona. Los líderes de la Democracia Cristiana y del Partido Comunista se aliaron para no ceder ante las pretensiones de los secuestradores. El Estado no puede ceder ante los terroristas. La historia demostró que se podría haber negociado, pero no interesaba a determinados poderes.

El tercer debate lo constituye su participación en un periodo de corrupción formando alianzas de gobierno con el Partido Socialista Italiano. El cuarto debate está alimentado por su posición en la 'guerra fría'. En este tiempo inspiró, protegió o alentó el trabajo de que los servicios secretos italianos y occidentales desarrollaron en Italia, empleando los métodos más brutales para poder impedir que el Mediterráneo cayera en manos de las izquierdas. El quinto debate los constituyen sus relaciones con la Mafia. Los tribunales en todas sus instancias consideraron sus relaciones como delictivas, pero no pasó ni un solo día en prisión.

La vida política de Andreotti constituye un ejemplo de una concepción de la ética maquievalista no recomendable. El poder por el poder no lo justifica todo.

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