un ángel llamado 'nena'

n n nTía Nena, como cariñosamente te llamamos siempre, estoy empezando a escribir y los ojos se me están humedeciendo de lágrimas de tristeza, pero al mismo tiempo de felicidad pro haber podido compartir mi vida con una persona tan buena como tú en nuestra casa paterna donde habité y me crié, no sólo yo sino todos tus sobrinos y nuestros hijos y en la que Dios en su momento puso tres soles: la abuela Manuela, cuantos recuerdos cariñosos me ha dejado, la tía Nena y la que nos queda, físicamente, la tía Vira, no te preocupes que procuraremos cuidarla y atenderla como se merece.
Cuando el pasado domingo, día 3, sobre las once de la mañana suena el teléfono de casa, informándome la doctora de la residencia Os Gozos que te estabas muriendo, de repente se agolparon en mi cabeza los momentos maravillosos que a lo largo de la vida habíamos compartido, sentimientos que se fueron manifestando entre todos tus sobrinos en el momento que se iban enterado que ya estabas con Dios, porque nunca te pagaremos lo que has hecho por nosotros y nuestros hijos (sería imposible enumerarlo en unas letras escritas en un papel): 'Gracias madre', y digo madre porque así te has comportado con nosotros, gracias por tus colitos, por tus consejos, por tu mano cariñosa, por estar siempre en tu sitio cuando te necesitamos, tu preocupación era estar pendiente de todos, sufriendo y alegrándote, fueran de la familia o vecinos y amigos.

Desde el día 14 de octubre, cuando un llamado trombo cerebral te hirió de muerte, ya empezamos a temernos este fatal desenlace, pero en ese momento Dios quiso que siguieras físicamente entre nosotros (en nuestros pensamientos estarás siempre), pero ahora pensó que un ser tan bueno como tú tenía que estar a su lado y dijo. 'Ahora me toca a mi disfrutar de su compañía', pero sabemos que desde el cielo nos vas a seguir queriendo, como nosotros a ti desde donde nos encontraremos.

Mira si eres buena, que en la última casa en la que habitaste, Residencia Geriátrica Os Gozos, y en la que estabas bien cuidada, las personas que te fueron conociendo, te miraban y nos decían que te portabas muy bien, aunque no pudieras expresarte y estuvieras limitada físicamente, siempre nos recordaremos de tu sonrisa en el momento en que nos encontrábamos contigo en las citas que teníamos todas las tardes y el saludo que ibas ofreciendo a todos los que se cruzaban contigo en los pasillos cuando te paseábamos en tu silla de ruedas.

GRACIAS SIEMPRE 'MADRE NENA'.

Te puede interesar
Más en Cartas al director