Mis letras hacen referencia al tema actual del cierre del túnel de O Folgoso, conocido por todos los usuarios de la Autovía de las Rías Baixas (A-52), que como en mi caso, o no, son de la provincia de Ourense y desempeñan su trabajo en Pontevedra, yo en concreto en Ponteareas. Bueno pues bien, quiero dar las gracias a esa persona o personas que han tomado la decisión de cortar la circulación en sentido Ourense. Sé con total seguridad que fue una decisión meditada, rebatida y consensuada y siempre enfocada a causar la menor molestia a los usuarios que circulamos por el citado túnel.
Esas personas, que no sé que función o cargo desempeñarán, son unas auténticas cabezas pensantes, no tengo duda. Estas personas han tenido la deferencia de no comprometer nuestra seguridad desechando la posibilidad de que los usuarios circulemos en ambos sentidos por un túnel, y han optado porque realicemos un recorrido de 12 kilómetros por una carretera sinuosa, empapada de nuestra maravillosa fauna gallega -dígase jabalíes, vacas, corzos y, como no, algún que otro caballo suelto-, además de la siempre bien recibida niebla. En efecto, la opción del desvío por la Nacional carece de todo peligro.
Y por último está mi madre. Sí, mi madre, víctima colateral de las decisiones de las cabezas pensantes que ahora tiene que estar más preocupada, y aunque es lo de menos, esperar para hacer la comida media hora más. Pero en eso las cabezas pensantes no han reparado, aunque están disculpados, ya que ellos seguro que comen en un buen restaurante a la carta, y sin que tengan que hacer esperar a nadie.
Gracias una vez más a las cabezas pensantes, que con sus decisiones nos llevan siempre a nosotros los trabajadores de a pie por el mejor sendero posible, y perdóname mamá por preocuparte y llegar estos días tarde a casa.
Y por último está mi madre. Sí, mi madre, víctima colateral de las decisiones de las cabezas pensantes que ahora tiene que estar más preocupada, y aunque es lo de menos, esperar para hacer la comida media hora más. Pero en eso las cabezas pensantes no han reparado, aunque están disculpados, ya que ellos seguro que comen en un buen restaurante a la carta, y sin que tengan que hacer esperar a nadie.
Gracias una vez más a las cabezas pensantes, que con sus decisiones nos llevan siempre a nosotros los trabajadores de a pie por el mejor sendero posible, y perdóname mamá por preocuparte y llegar estos días tarde a casa.
