Chapuzón en las aulas o rebelión en las termas?

Soy un asiduo visitante de las termas de Ourense, tanto de Outariz como las del Molino, admirador de todos sus encantos y propiedades, así como embajador orgulloso cuando viajo o hablo con turistas y visitantes, aprovecho para felicitar a todos los encargados que allí trabajan que son encantadores y tienen una enorme paciencia con todos los que nos acercamos al llegar para preguntarles a qué temperatura está cada una de las pozas y así con cada uno que llega, en fin unas personas excelentes, que crean un ambiente de familiaridad, respeto y tranquilidad digno de admiración.
Pues bien, de este ambiente quería hablar, pues se ha puesto de moda que los colegios hagan sus excursiones, yo creía que de fin de curso, pues en junio eso fue continuo, vienen ya de toda Galicia a las termas, pero resulta que ahora recién iniciado el curso vuelven a la carga con las visitas masivas. A ver, tan bien van los alumnos que al comienzo del curso, todas las materias por dar, entiendo, nos cogemos el día para visitar algo que todos tenemos al alcance cualquier día y que seguro ya hemos visitado con nuestros padres o amigos, ¿qué les vamos a descubrir con la visita?., ¿les vamos a enseñar acaso que las termas son un lugar de descanso, relajación, tratamiento con semejante algarabía, que por más intentos que hace algún profesor, es inevitable que todo un colegio no perturbe el espíritu de estas instalaciones, que no son ni se han hecho para ser el Aqualandia Gallego? ¿Qué significado tienen estas visitas? ¿Qué se les pretende enseñar, de esta riqueza que tenemos en Ourense?, ¿el respeto a la tranquilidad que debe reinar en cualquier balneario o terma que se precie?

Desde mi modesta reflexión, quisiera hacer un llamamiento tanto a los tutores y responsables de los colegios, como al Concello. A los primeros para decirles que si son formadores, por favor inculquen a sus alumnos el respeto y la importancia que las termas tienen para la ciudad, y para la salud de los que las visitan, esto obviamente es inviable e incoherente en visitas de más de 50 niños; y al Concello de Ourense pedirle de alguna manera una regulación para las visitas de grupos y, consecuentemente, un control y fraccionamiento de las mismas, sino esto no tiene sentido.

¿Qué idea se llevan los niños de la excursión? Que aquí vale casi todo, que se invade un lugar como si de las piscinas de Oira se tratase.

Te puede interesar
Más en Cartas al director