El perfume

Guardado sobre la mesita de noche al alcance de mis manos y en su caja de cartón se ocultaba mi perfume tras un frasco de cristal transparente con original forma y vaporizador negro.  Su color era de un tono mezcla champán y coñac que le proporcionaban una sensación de calidad general al conjunto. Con cierto estilo cursi y frente a un espejo observador pulsé suavemente el básico mecanismo de emisión... la forma líquida del interior se convirtió instantáneamente en una especie de lluvia dispersa y casi imperceptible que rociaba mi cuello expuesto placenteramente a tal fin. Pronto aquella fragancia que empapaba mi piel alcanzó una nariz presta a inhalar su contenido... satisfacción absoluta, sensación de bienestar, olor a penetrante caramelo con notas marcadamente masculinas que brindaban mucha seguridad a un ego mermado por el infortunio y los sinsabores de la vida. 

El cuello de la camisa alcanzada soslayadamente por las gotitas perfumadas de aquel líquido divino parecían darle vida propia. 

El ambiente de la habitación se colapsó con aquel aroma embriagador y por un instante todo mi mundo olía a mí. Mi perfume era algo más que un objeto de admiración, era mi bandera entre la multitud, mi pancarta reivindicativa y mis armas de seducción masiva. Cuanto más se evapora su contenido, más milimétricamente raciono su uso, ocasiones muy especiales o situaciones donde mi ego debe imponerse.  Mi perfume es compañero infatigable de viaje, testigo anónimo de encuentros, tertulias y amoríos. En un instante tu presencia puede marcar el devenir de una relación, inspirar confianza, buen gusto o aires de glamour y grandeza. 

Mi perfume me regala una sensación de placer que como en los bellos cuentos caduca con las horas para desvanecerse paulatinamente oculto entre los olores vulgares del mundanal ruido. Otro día, otra noche y muchos sueños por conquistar parapetados en tu fragancia seductora y masculina.  

Mi perfume atrapado en una caja de cartón ya desgastada permanece impasible a que un buena causa  justifique su puesta en escena. Hasta pronto perfume y que desde tu privilegiada ubicación disfrutes del placer del descanso por el trabajo bien hecho. 

Pócima generacional huella imborrable del coqueteo ancestral de razas y culturas diferentes y dispersas. El perfume fue, es y será huella de identidad y recuerdo perpetuo de un lugar, tuyo, mío y de aquel...del amor de nuestra vida. 

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