Monja o monje viene del griego 'monos'=Uno, o sea, quien se dedica al Uno, a Dios, de ahí que la vida del convento es la que permite dedicarse a Dios en primer lugar.
Así, cuando a diario veo y oigo cantar a la madre Otilia, monja franciscana jubilada de su profesión laboral, y actualmente dedicada exclusivamente al Uno, expresando con su canto el amor a Dios y a la vida para tener fresco el sentido de la misma, pienso que cuando su boca calla sus buenas obras siguen haciendo con su vida un canto a Dios, porque ella sabe como nadie encontrar en el hermano, en el que está en la calle, en el que necesita ayuda, igual que en el canto y en la oración y en la liturgia, la proximidad del Uno, el que le da fuerzas para acarrear las bolsas o el carrito sin desfallecer nunca.
