NECESITAMOS CONOCER LA VERDAD

' La 'hoja de ruta' europea elaborada y decidida, como siempre, por Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy, ya comienza a resultar un hartazgo insoportable. Al final, los términos 'rigor presupuestario' y 'sanciones automáticas', aparecen irremisiblemente y todos sabemos a quien van dirigidas sus sanas advertencias, es decir, a los españoles entre otros desheredados de la fortuna. En nuestro caso, por lo menos, tenemos cierta justificación por haber tenido que soportar un castigo divino e inmerecido llamado Zapatero.
Alemania y Francia, o sea Merkel y Sarkozy , apuestan (deciden) por un Tratado para la UE que diseñe una política económica común, una fiscalidad armonizada y un blindaje del euro, algo que Rajoy comparte totalmente, si bien conviene aclarar que tampoco le queda otra alternativa.

Los españoles, por desgracia, somos demasiado frágiles de memoria. Afirmar a estas alturas que ZP ha sido un mentiroso no es ningún insulto. Consta en montones de informaciones publicadas en los distintos medios. Existen ejemplos a montones, como el negar que se estaba negociando con ETA tras el atentado de Barajas, por citar un caso. Faltar a la verdad, engañar, en cualquier país democrático, supone el tener que presentar la dimisión irrevocable, cultura que en España es totalmente desconocida e ignorada.

La sociedad española, y más en estos momentos de angustia e incertidumbre, demanda que no se le mienta y se respeten sus derechos. Ya son excesivos los comentarios, versallescos en ocasiones, por parte del PP y PSOE, aparecidos en los medios en relación con la transmisión de poderes entre ambos partidos. Los calificativos empleados, entre modélico y ejemplar, merecerán tal tratamiento cuando termine el necesario trámite en todos los ministerios y organismos afectados, para conocer el estado real en que se encuentran las arcas del Tesoro Público, y que todo quede zanjado sin la aparición de 'sapos' y 'mortadelas' como los que han surgido tras la elecciones municipales y autonómicas. Lo verdaderamente triste es que este tipo de deleznables conductas no sean severamente juzgadas, y que sus responsables, caso de resultar culpables, devuelvan hasta el último céntimo y paguen con sus huesos en la cárcel. Si así fuera no nos encontraríamos ahora con tan terrible panorama y más de cinco millones de parados.

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