Al levantarnos y abrir la ventana nos entra una ventisca con tal polvareda que se asemeja a un xiroco donde se refleja el autoblindaje del acorazado búnker en el que se refugian Rajoy y Núñez Feijóo, quien hace un año por estas fechas, en un viaje de duplicidad institucional allá por Centroamérica, y para salvar supuestamente el crucero Hispagaleuskcat, contrata la construcción de unos remolcadores, justo ahora que un tsunami de violaciones sociopolítico/ económico/ sanitario y religioso nos están asfixiando.
Suelten la guita ya. Sorprende con qué desparpajo se arropan unos a otros a sabiendas de que están perdiendo aceite por todas partes, los faros rotos, el manillar demasiado torcido hacia la derecha y las ruedas pinchadas. Menos la de repuesto, porque no la lleva.
