Un día más, aquí seguimos como si nada, en la España de lo seis millones de parados, de los 400.000 desahuciados, de las 70.000 empresas cerradas en los últimos dos años, de 700.000 ahorradores engañados con las preferentes por los 52 bancos y cajas españolas que comercializaron este producto con el beneplácito o colaboración necesaria del Gobierno, del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Seguimos en ese país donde se encuentran abiertos 1.661 casos de corrupción, prevaricación y ningún político entre rejas. Seguimos asistiendo mudos a los abusos, corruptelas, enchufados, prevaricaciones de nuestros representantes políticos. Igual que hicimos durante los últimos 30 años, esta es la realidad. Nos seguimos haciendo los ciegos y los sordos para no ver que cada cada día es peor que el anterior, seguimos sin querer reconocer que la situación económica de España es de ruina total. Que las soluciones aportadas por nuestros políticos son ineficaces y cada día nos hunden más en la miseria. Seguimos igual que siempre viendo fútbol, protestando en los bares con la valentía que da una cerveza, mientras seguimos adentrándonos en el túnel cada vez más oscuro, con nuestros políticos de maquinistas.
Los mismos que nos metieron en este problema, los mismos que nos endeudaron y los mismos que han arruinado a su país con sus aves, autopistas, aeropuertos adjudicados a empresas de familiares y amigos o a cambio de suculentas donaciones. Seguimos la misma senda y el mismo camino de nuestros compañeros de viaje: Grecia ya casi llego a su último destino y se encuentra al borde de una guerra civil; Portugal ya está cerca con la caída de su PIB de un 4%; Irlanda como siempre emigrando masivamente; e Italia también como siempre, con un gobierno de unidad nacional que deja fuera a Grillo y mete dentro a Silvio Berlusconi.
¿Pero qué podemos hacer nosotros? Lo primero, crear una nueva clase política con ciudadanos comprometidos y que sepan, qué no son más que meros representantes del pueblo español elegidos para defender los intereses del pueblo español y no a bancos o a grandes empresarios. Es el pueblo español quien paga sus sueldos y no los bancos, Si no cumplen se les echa y punto. Embargo total de todos los bienes de los políticos actuales, desde el momento de ocupar sus cargos de responsabilidad. Negociar con Europa el pago de la deuda y estudiar que parte de esa deuda es legitima o ilegítima.Poner las cosas claras, o Europa nos ayuda a potenciar nuestra economía y una vez que empecemos a crecer empezaremos a pagar la deuda o de lo contrario nos negaremos a pagarla, nos declaremos en banca rota y si el euro y Europa se tienen que hundir se hundirán con nosotros.
Los mismos que nos metieron en este problema, los mismos que nos endeudaron y los mismos que han arruinado a su país con sus aves, autopistas, aeropuertos adjudicados a empresas de familiares y amigos o a cambio de suculentas donaciones. Seguimos la misma senda y el mismo camino de nuestros compañeros de viaje: Grecia ya casi llego a su último destino y se encuentra al borde de una guerra civil; Portugal ya está cerca con la caída de su PIB de un 4%; Irlanda como siempre emigrando masivamente; e Italia también como siempre, con un gobierno de unidad nacional que deja fuera a Grillo y mete dentro a Silvio Berlusconi.
¿Pero qué podemos hacer nosotros? Lo primero, crear una nueva clase política con ciudadanos comprometidos y que sepan, qué no son más que meros representantes del pueblo español elegidos para defender los intereses del pueblo español y no a bancos o a grandes empresarios. Es el pueblo español quien paga sus sueldos y no los bancos, Si no cumplen se les echa y punto. Embargo total de todos los bienes de los políticos actuales, desde el momento de ocupar sus cargos de responsabilidad. Negociar con Europa el pago de la deuda y estudiar que parte de esa deuda es legitima o ilegítima.Poner las cosas claras, o Europa nos ayuda a potenciar nuestra economía y una vez que empecemos a crecer empezaremos a pagar la deuda o de lo contrario nos negaremos a pagarla, nos declaremos en banca rota y si el euro y Europa se tienen que hundir se hundirán con nosotros.
