Muy pocas veces me he decidido a escribir artículos que no fueran casi exclusivos de interés ciudadano o relativos a nuestra ciudad; y además procuro hacerlo siempre desde un punto de vista de crítica al Concello en cuantos temas sea necesario, porque las alabanzas hacia los regidores primero no están en mi pensamiento, y segundo se les vota para que lo hagan bien. Lo contrario no es de recibo. Pero por una vez he de hacer una excepción.
Hace cuatro años se ha tenido que fraccionar el Concello para repartir el pastel entre dos formaciones políticas, llegando a tener que 'ceder' el nombre de parte del mismo, es decir el Concello, que pasó a llamarse 'Tenencia'. Cuando aquello ocurrió en la legislatura pasada, mucha gente se preguntaba que era eso de la 'Tenencia' y a qué venía gastarse una pasta en logotipar y rotular el material móvil, vallas de obras, etcétera.
En La Región del pasado día 4 nos sorprendía la noticia de que PSdeG y BNG liquidaban la marca 'Tenencia de Alcaldía', ya casi extinta en la actualidad. Ahora vienen a darnos la razón a cuantos no nos gustaba ya por aquel entonces la susodicha implantación del nombrecito, con la disgregación e independencia de las funciones municipales, alejado de toda coherencia lógica y además con publicidad a todo ver, con sus rótulos y logos que, insisto, gustaría saber cuánto costó.
Sin pretender manifestar si me gusta o no la posible composición municipal que se está fraguando, apruebo como seguramente todos los ourensanos que, gobierne quien gobierne, el nombre de 'Concello de Ourense' permanezca siempre inalterable, y en él se engloben obligatoriamente sin otras condiciones los partidos que hoy, o en el futuro, tengan que gobernar la ciudad.
BIEN POR LA RECTIFICACIÓN.
En La Región del pasado día 4 nos sorprendía la noticia de que PSdeG y BNG liquidaban la marca 'Tenencia de Alcaldía', ya casi extinta en la actualidad. Ahora vienen a darnos la razón a cuantos no nos gustaba ya por aquel entonces la susodicha implantación del nombrecito, con la disgregación e independencia de las funciones municipales, alejado de toda coherencia lógica y además con publicidad a todo ver, con sus rótulos y logos que, insisto, gustaría saber cuánto costó.
Sin pretender manifestar si me gusta o no la posible composición municipal que se está fraguando, apruebo como seguramente todos los ourensanos que, gobierne quien gobierne, el nombre de 'Concello de Ourense' permanezca siempre inalterable, y en él se engloben obligatoriamente sin otras condiciones los partidos que hoy, o en el futuro, tengan que gobernar la ciudad.
BIEN POR LA RECTIFICACIÓN.
