Siempre me ha gustado pasear por el monte, y en Ourense disponemos de lugares realmente agradables, llenos de tranquilidad y bienestar. Durante los últimos años suelo caminar por los senderos del Camiño Natural del Barbantiño, lugar que se preparó para un uso publico sobre el año 2008. Dicho sendero, transcurre pegado al río Barbantiño (Punxín), un lugar realmente paradisíaco y con cierto embrujo natural.
En dicho año 2008 se preparó el sendero, se cortaron ramas, hierbas, es decir, se habilitó para el destino que le dieron los políticos del momento, su uso y disfrute para el ciudadano. El mantenimiento del mismo durante los años sucesivos se realizaba con cariño, pero eso se ha acabado. No sé si pertenece al ayuntamiento de Punxín, o a otro organismo público (como todos se pasan la pelota), el asunto es que es una pena que dicho sendero se haya convertido en la selva de Tarzán. Es más, haría falta la mona Chita para disfrutar del mismo, ya que resulta totalmente imposible e inviable caminar por el mismo.
¿Por qué no cortan la maleza un mínimo para disfrutar de algo que en su momento costó dinero, como no, público? Claro, si tanto el señor alcalde de Punxín como Rajoy o Zapatero lo utilizasen, estoy seguro que hasta tendrían fuentes para beber, y posiblemente también algún aparato de aire acondicionado.
Por desgracia, en este país en que vivimos, e independientemente del poder que se trate, al ciudadano de a pie (no se olviden esos señores que viven de nosotros) se le considera invisible a todos los efectos.
QUÉ INJUSTO ES EL MUNDO...
¿Por qué no cortan la maleza un mínimo para disfrutar de algo que en su momento costó dinero, como no, público? Claro, si tanto el señor alcalde de Punxín como Rajoy o Zapatero lo utilizasen, estoy seguro que hasta tendrían fuentes para beber, y posiblemente también algún aparato de aire acondicionado.
Por desgracia, en este país en que vivimos, e independientemente del poder que se trate, al ciudadano de a pie (no se olviden esos señores que viven de nosotros) se le considera invisible a todos los efectos.
QUÉ INJUSTO ES EL MUNDO...
