En la Avda. de Zamora, a unos doscientos metros del Jardín del Posío, hay un par de pequeños jardines. En uno de ellos se alzaba un gran árbol. Cuál no sería mi sorpresa al comprobar que había sido talado. Se trataba de un árbol de la familia de los abetos (desconozco a qué género o especie pertenecía) de unos 20 o 25 metros de altura, con grandes ramas, que proporcionaba verdor y un mínimo de naturaleza a una zona no especialmente agraciada en este aspecto.
No soy quien para afirmar si esta tala se ha hecho de forma legal o no. Pero sí me atrevo a afirmar que a esa decisión no se ha llegado de forma verdaderamente democrática. ¿A quiénes se debería de haber consultado? ¿Sólo a los habitantes de los edificios colindantes? ¿A los habitantes del barrio? ¿A todos los ciudadanos de Ourense?
Vivo a unos ciento cincuenta metros del lugar donde se encontraba. Todas las personas con las que he tenido ocasión de hablar sobre el tema (más o menos una docena) me han mostrado su decepción. Es cierto que no he tenido oportunidad de hablar con ninguna persona de los edificios colindantes.
Respeto, aunque ignoro cuáles son, las razones que se han expuesto para llegar a ese punto. En todo caso, creo que el Concello de Ourense, que supongo que es a quien corresponde la última decisión, ha optado por el camino más fácil... y más lamentable.
Quizás se podría haber dado más publicidad a los supuestos problemas que ese árbol ocasionaba. Y quienes han decidido talar ese árbol quizá se sorprenderían al comprobar que había gente dispuesta a colaborar para evitar dicha acción.
Creo que la sensibilidad medioambiental no sólo se refleja en las grandes obras como parques, plazas, etcétera, sino también y muy especialmente en casos como éste que no son tan espectaculares. Y, sinceramente, esta decisión me deja muy preocupado.
Vivo a unos ciento cincuenta metros del lugar donde se encontraba. Todas las personas con las que he tenido ocasión de hablar sobre el tema (más o menos una docena) me han mostrado su decepción. Es cierto que no he tenido oportunidad de hablar con ninguna persona de los edificios colindantes.
Respeto, aunque ignoro cuáles son, las razones que se han expuesto para llegar a ese punto. En todo caso, creo que el Concello de Ourense, que supongo que es a quien corresponde la última decisión, ha optado por el camino más fácil... y más lamentable.
Quizás se podría haber dado más publicidad a los supuestos problemas que ese árbol ocasionaba. Y quienes han decidido talar ese árbol quizá se sorprenderían al comprobar que había gente dispuesta a colaborar para evitar dicha acción.
Creo que la sensibilidad medioambiental no sólo se refleja en las grandes obras como parques, plazas, etcétera, sino también y muy especialmente en casos como éste que no son tan espectaculares. Y, sinceramente, esta decisión me deja muy preocupado.
