Con motivo de la catástrofe ferroviaria en Santiago, la ciudadanía y más concretamente médicos y personal sanitario en general, han evidenciado -una vez más- que por encima de cualquier otra consideración está la vocación por ayudar a quien lo necesita (asistencia sanitaria). El deber de socorro, que para el personal sanitario lo es los 365 días del año, es su razón de ser, aunque en momentos como este esa labor destaque de forma más evidente.
Personal de vacaciones, personal que libraba por salida de guardia, personal de baja por enfermedad, médicos ya jubilados, etcétera, han dejado de lado su situación personal para personarse en los hospitales y echar una mano para ayudar en la urgencia de atender a tantos heridos que la tarde-noche del 24 de julio ha puesto de luto a Galicia y a España.
CESM, como sindicato médico, quiere hacer patente su agradecimiento a todo el personal sanitario, bomberos, Guardia Civil y policías por su inmediata y positiva respuesta, así como -de forma especial- a todos los ciudadanos de Angrois que desde el minuto cero han prestado su ayuda a los accidentados y también a todos aquellos que han dejado sus actividades para acudir a la llamada a donar su sangre. ¡Todo un ejemplo de sana ciudadanía!
Por desgracia, tienen que ocurrir catástrofes como esta para que se evidencie que en nuestro país la sanidad pública está perfectamente preparada y que no se mueve por ningún 'otro interés' que no sea el del servicio al ciudadano, es un hecho de cada día, aunque en situaciones como esta se hace más patente.
CESM, como sindicato médico, quiere hacer patente su agradecimiento a todo el personal sanitario, bomberos, Guardia Civil y policías por su inmediata y positiva respuesta, así como -de forma especial- a todos los ciudadanos de Angrois que desde el minuto cero han prestado su ayuda a los accidentados y también a todos aquellos que han dejado sus actividades para acudir a la llamada a donar su sangre. ¡Todo un ejemplo de sana ciudadanía!
Por desgracia, tienen que ocurrir catástrofes como esta para que se evidencie que en nuestro país la sanidad pública está perfectamente preparada y que no se mueve por ningún 'otro interés' que no sea el del servicio al ciudadano, es un hecho de cada día, aunque en situaciones como esta se hace más patente.
