trascendental convocatoria conciliar

El papa beato Juan XXIII convocaba el gran Concilio Vaticano II con la constitución apostólica 'Humanae salutis' con fecha de 25-XII-1961. O sea, el día en que se celebra el sublime misterio del nacimiento del hijo de Dios encarnado tenía lugar el 50 aniversario de la convocatoria ilusionada del más importante concilio ecuménico (como lo calificó Pablo VI en su breve 'In Spiritu Sancto').
El papa 'bueno', ante ciertos gestos y palabras de componentes de la burocratizada curia romana, que creía ver una simple ocurrencia de un anciano, aseveró que se movía por una inspiración venida de lo alto. Al leer y estudiar los maravillosos documentos conciliares se comprueba que es indudable su aseveración. ¿Quiénes están pastoralmente obligados, con obligación grave, a dar a conocer sus entusiasmantes doctrinas al 'pueblo de Dios'? Ya es hora, ¿o no?

Precisamente Benedicto XVI acaba de afirmar, con preocupación, que hay signos claros de una crisis de fe y que ante este problema hay que aprovechar, para una 'nueva evangelización' (en la línea de Pablo VI en su densa y profunda exhortación 'Evangelii muntiandi'), el 50 aniversario del comienzo del Vaticano II (que arrancaba el 11-X-1962) para sacudir los espíritus para la aventura vital cristiana, dentro de la Iglesia y en las tareas urgentes de luchar por un mundo de fraternidad universal, sobre todo por los pobres, predilectos de Cristo. El papa ha convocado con la carta apostólica 'Porta Fidei' el 'Año de la Fe', para conmemorar dicho 50 aniversario, a partir de octubre de 2012. El número de 'padres conciliares' había sido, a veces, de 2.391; ningún otro sínodo había contado con tanta asistencia.

Te puede interesar
Más en Cartas al director