Con tarta, velas y regalos, pero también con mascarillas y distancia social, celebraron este domingo en A Ulfe, concello de Cartelle, el cumpleaños de José Cid Cabido. El vecino más longevo del municipio cumplía 103 años y lo hizo acompañado de familiares y amigos, quienes brindaron por su longevidad y compartieron una tarde de recuerdos, amenizada por los “gaiteiros” y “pandereteiras” de una parte de la Banda de Gaitas de Celanova.
José Cid Cabido lleva tres años residiendo en Cartelle, donde el alcalde Jaime Sousa le entregó un diploma que lo acredita como el “abuelo” del concello. Allí se siente como en casa, y agradece la implicación en su cuidado, pero este vivaracho centenario nació un 8 de diciembre de 1918 en Bobadela (Xunqueira de Ambía). “Dedicouse a agricultura, e residiu en Xunqueira onde aínda vive un fillo. Antes de vir para aquí estaba co outro fillo en Vigo. Ten tres netos e un bisneto”, comentaba Diego Rodríguez, responsable de la vivienda comunitaria y también de que la celebración, a la que acudió su hijo José, saliese a pedir de boca.
José Cid Cabido es uno de los 42 ourensanos mayores de 100 años de la provincia de Ourense, frente a las 191 mujeres centenarias (según fuentes del Instituto Nacional de Estadística). Cuando se le pregunta por el secreto de la longevidad, responde que no sabe la receta, pero que la vida en el pueblo, en el campo, ayuda, como también mantenerse activo, comer bien, tener mucha paciencia y comprensión con el resto.
A sus 103 años ya no escucha como antes y le cuesta salir a pasear como antaño, pero trata de mantenerse informado de la actualidad “Sigue preocupado pola pandemia e agora tamén polo volcán! Vive atento á situación xa que di que pasou por épocas de fame e pobreza e non quere que se repitan”, comenta Rodríguez.
Entre sus aficiones sigue estando jugar a las cartas, algo que hace de vez en cuanto, y charlar con sus compañeros de momentos pasados, como su participación en la Guerra Civil en destinos como A Coruña, Teruel o Valencia. Cuenta a sus cuidadores que fueron años difíciles, donde se enorgullece de no haber pegado nunca un tiro, pero en los que se llegó a encontrar con su hermano y no reconocerlo.
