El regidor José Luis Ferro expresó sus condolencias y la solidaridad de todo el Concello y de todos los vecinos "a la familia y vecinos de la parroquia de San Salvador de Celanova".
Una vez confirmado el homicidio del párroco de Vilanova, el alcalde celanovés José Luis Ferro decretó ayer tres días de luto oficial y ordenó colocar las banderas a media hasta en los edificios municipales para expresar públicamente "o pésame e a dor que hoxe senten tódolos veciños e veciñas do Concello de Celanova polo tráxico e luctuoso suceso do que desgraciadamente foi víctima don Adolfo Enríquez Méndez", apunta Ferro que, como presidente de la Corporación, quiso mostrar "a condolencia e solidaridade deste Concello e de tódolos veciños de Celanova á familia da vítima e ós veciños e ás veciñas da parroquia de San Salvador de Vilanova dos Infantes".
Apoyo y condolencias que también trasmitió en nombre del Patronato de la Fundación Curros Enríquez que preside, con quien tan activamente colaboró Adolfo Enríquez en la atención de los grupos que incluían la visita a la Virxe do Cristal durante su estadía en Celanova. De él destacó la "cercanía", "constante disposición" y "humildes demostracións de coñecemento" con la que trataba a todo aquel que se acercaba a Vilanova, con devoción o curiosidad, para conocer la imagen de la Virgen y que "o convertiron nun axente turístico máis da Fundación e do Concello". Prueba de ello fueron los numerosos mensajes de centros escolares que contactaron con la fundación con el deseo de trasmitir su conmoción por la muerte del párroco.
En la villa de San Rosendo tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad de trasmitir su duelo y, comerciantes de la calle Celso Emilio Ferreiro repartieron carteles con crespones negros y un mensaje "justicia por don Adolfo".
