Un galán de 104 años que solo toma tres pastillas al día y reside en Cartelle

photo_camera Aniversarios como el de José Cid, que sopló 104 velas en Cartelle, son un acontecimiento
En la Okinanawa ourensana, con 360 centenarios, predominan las mujeres. Por eso aniversarios como el de José Cid, que ayer sopló 104 velas en Cartelle, son un doble acontecimiento

Un trocito de tarta y un vasito de vino es el capricho que, por sus 104 años, se dio ayer José Cid. El abuelo de Cartelle, aunque natural de Bobadela (Xunqueira de Ambía), celebró ayer su fiesta de cumpleaños - aunque en realidad nació un 8 de diciembre de 1918- rodeado de su familia y amigos en la vivienda comunitaria Solpor de A Úlfe, donde reside hace más de tres años. “A verdade é que os anos pesan, pero ten unha saúde envidiable. Toma tres pastillas ao día” comentaba Diego Rodríguez, responsable de la vivienda, una pequeña gran familia donde conviven 12 mayores; “temos usuarios de 81, 93 ou 94 anos, pero ningún tan lonxevo como José”, matiza.

Cumplir la centena empieza a ser cada vez más frecuente en los concellos ourensanos, con 360 personas mayores de 100 años, de los que solo el 22% son hombres, una privilegiada minoría en la que se encuentra José Cid. Restando importancia a la edad, muy cuco con su sombrero y su inseparable bastón, José disfrutó ayer de la celebración. “Eu xa bailei moito”, respondía mientras tocaba la Banda de Gaitas de Celanova, recordando su juventud en su Ambía natal, donde vivió gran parte de su vida trabajando en el campo y donde formó una gran familia con su mujer, Hortensia, y sus hijos, José y Camilo. Después vendrían sus nietos y biznieto.

Desde la ventana de su habitación le gusta ver la huerta y la zona donde están las gallinas y los patos. Ahora en invierno no sale tanto, pero en verano disfruta de las veladas al aire libre en compañía de Morita, la jefa perruna de la casa, fiel compañera de los usuarios de Solpor y también protagonista de las terapias. 

La pandemia le marcó y, aunque le cuesta conocer a las visitas con la mascarilla, disfruta de una buena conversación, no perdona una siesta y le gusta estar pendiente de la actualidad. Cada día después del desayuno se interesa por lo que sucede a su alrededor y también de las noticias internacionales como la guerra en Ucrania, una situación que le trae recuerdos de cuando participó en la Guerra Civil, tres años de contienda de los que salió airoso “sen pegar un tiro”, subraya cada vez que sale la conversación. Antes también le gustaba jugar a las cartas, pero ahora ya no tanto porque -dice- le cuesta seguir el juego. 

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