Dos polacos dedican sus vacaciones a esquilar ovejas por las explotaciones de Celanova y Baixa Limia

Una oveja, un minuto

Los rapadores Tadeo y Víctor, durante un descanso en la granja de los Mosquera, en Acevedo do Río.
Cada año por primavera, Víctor Salavda y Tadeo Golap conducen 3.500 kilómetros desde su Polonia natal hasta Ourense para esquilar a miles de ovejas de las explotaciones de Terra de Celanova y Baixa Limia. Su rapidez es su carta de presentación.
La granja de los Hermanos Mosquera, en Acevedo do Río (Celanova), ha sido una de las últimas paradas de Tadeo Golap y Víctor Salavda antes de regresar a su Polonia natal. Con 56 y 33 años respectivamente, estos amigos han dedicado los dos meses de vacaciones que tienen al año, a venir a Ourense a esquilar ovejas. ‘En Polonia hay muchos rapadores y pocos ejemplares’, asegura en un perfecto castellano Tadeo Golap. Hace diez años que este bombero de profesión decidió venir a España a ganarse la vida. ‘En Polonia, los funcionarios trabajan 20 años y se van a la calle, así que con 45 años me jubilaron y tenía que buscarme la vida con algo’, bromea. Desde hace dos años le acompaña Víctor Salavda. ‘Tengo un trabajo estable como conductor de autobús, pero allí los sueldos son muy bajos. La media son 500 euros al mes’, asegura.

Dos meses en Ourense les permite multiplicar esa cifra. ‘No se habla de dinero, pero este año hemos rapado más de 6.000 ovejas’, añade Golap. Y es que cada minuto Tadeo y Víctor son capaces de esquilar una oveja cada uno. ‘Es un sistema australiano, que consiste en colocar al animal panza arriba y raparles utilizando una máquina eléctrica’, relata Víctor sin dejar de trabajar. Lo malo, la postura encorvaba, ‘no es nada bueno para la espalda’, matiza.

Coincidiendo con la llegada de la primavera, a principios del mes de abril, estos dos polacos aparecían en su casa-hospedaje de A Merca. Desde allí, cada día se desplazan hasta las diferentes explotaciones ourensanas que requieren de sus servicios. ‘Te nemos muchos clientes fijos que ya nos esperan en Bande, A Bola, Celanova, Entrimo, Muíños o Padrenda’, enumera Golap, quien añade que ‘todos los años nos vamos una semana a Lugo, donde cada vez hay más ejemplares; aunque allí sigue habiendo muchas vacas’, bromea.

Sesión de peluquería

La duración de las sesiones de trabajo varían dependiendo del lugar en el que se ubica la explotación y también del número de ejemplares a esquilar. ‘Hoy, en Acevedo, tenemos sobre 150 y vamos muy bien porque con la lana mojada se rapa más rápido’, asegura Golap. Empiezan por la pierna trasera y van subiendo, así consiguen que la lana salga entera. Aunque su valor en el mercado esta muy bajo. ‘De 600 ovejas que componen el rebaño, se obtienen 150 kilos y el precio que te pagan por ello es irrisorio’, asegura el propietario de la explotación, Abelardo Mosquera, quien aprovecha la presencia de los esquiladores para, conjuntamente con sus hermanos, arre glarles las uñas y curar las heridas a los animales. ‘Una sesión completa de peluquería’, bromean.

Una vez finalizada la temporada, los esquiladores se ponen rumbo a Polonia. Un trayecto de dos días y cerca de 3.500 kilómetros de carretera, tras el cual les espera la familia. A Víctor, su novia, ‘que lejos de extrañarme está contenta de que venga a Ourense a conseguir algo de dinero, porque en Polonia la crisis se nota más que aquí’. Tadeo, que ya es abuelo, añora la compañía familiar en las tardes al sol que pasan en su casa de la playa.

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