Apicultores y pequeños agricultores rechazan que la administración limpie las cunetas con glifosato
Una singular cartelería sorprende a los conductores que transitan por la carretera que comunica Celanova con Barral (Castrelo de Miño). A escasos metros del puente romano de Freixo, un vecino del lugar Enrique Sousa lleva años en pie de guerra contra el uso de herbicidas en la limpieza de las cunetas. Harto de que sus reclamaciones y las de otros muchos conocidos, hayan quedado en simple papel mojado, ha optado por vallar con carteles la huerta que cultiva con esmero al pie de la carretera OU-404. "Los herbicidas lo estropean todo: contaminan el agua de un riego, dañan los cultivos y hasta me están tirando abajo el muro, creando un acceso para los jabalíes", relata Sousa.
Sabe de vecinos y conocidos a quienes les ha acabado con un campo de maíz o dañado viñedos; "¡pero no protestan!", lamenta, aunque su experiencia a la hora de reclamar ante Administración "ha sido de tortura china". Él, jubilado, lleva dos años librando su perímetro de los herbicidas, aunque le cuesta su tiempo. Cada día monta guardias de mañana y tarde en la finca para vigilar el paso de los trabajadores. "Unas semanas antes de venir con la cisterna camuflada, pasan con la desbrozadora", advierte a navegantes.
abejas o ranas
Su vecino Antonio, se une a la conversación para lamentar los daños que el uso del glifosato y similares ocasiona, ya no solo en los cultivos anexos a la carretera, sino en los riegos y en la poza que tiene frente a su casa "un biotopo con ranas y tritones". Un poco más arriba, en el pueblo de Viveiro, otro lugareño ha colocado en la entrada de su finca varios carteles advirtiendo a los operarios que él se encarga de realizar el desbroce de la cuneta que bordea a su parcela, una zona de cultivos, por lo que ve innecesario el uso de herbicidas.
El malestar por el uso de estos productos químicos es generalizado en el rural celanovés. Román Cid Álvarez, apicultor y miembro de la Asociación Abellas Nais que aglutina a más de cien apicultores de la provincia, lleva años cuestionando la política de la Administración por el uso del glifosato y productos similares en la limpieza de cunetas. "Es un tema que nos preocupa, pero es inútil. Hacen lo que quieren sin importar lo que hay alrededor, ni si se trata de un espacio natural. Tenemos apicultores de Mugueimes o Lobios que los han visto en el Xurés", lamenta, al tiempo que hace referencia a que "estudios hechos en Zamora demuestran que es más barato contratar personal para limpiar, que echar herbicidas". Cid asegura que el uso de estos productos "acaba con las abejas y los insectos que beben del agua que corre por los riegos y cunetas contaminadas por los herbicidas, pero es que ese agua se filtra hasta el río y llega a muestras casas", relata.
Agricultores y apicultores no entienden el uso generalizado de estos herbicidas "que lo contaminan todo", mientras que "a nosotros, a gente que tiene una pequeña viña para el autoconsumo, nos exigen tener el carnet de fitosanitario", cuestionaba Sousa.
El BNG pedirá prohibir su uso en lugares públicos
En Celanova -donde vecinos también han cuestionado en las redes sociales el uso de herbicidas en parques, jardines y carreteras locales- el BNG llevará mañana a pleno una moción en la que pedirán prohibir el uso del glifosato y productos similares en todo tipo de lugares públicos del municipio y substituir estos productos por métodos mecánicos y humanos que no dañan la salud ni el medio ambiente. "Os herbicidas teñen efectos tóxicos sobre a saúde e o medio ambiente, tal como demostran decenas de estudos", argumenta el portavoz, Leopoldo Rodríguez, que recordaba como la Directiva Marco para un uso sostenible de los plaguicidas aprobada por el Parlamento Europeo en 2009, "ten como obxectivos a redución dos riscos e efectos do uso de praguicidas na saúde humana e o medio ambiente así como o fomento do uso da xestión integrada de pragas e de formulacións ou técnicas como as alternativas de índole non química".
