El ministro de Cultura, César Antonio Molina, eludió hoy en el Pleno del Senado responder a la pregunta del senador popular Juan Van-Halen respecto a si se adhiere al manifiesto firmado por medio centenar de intelectuales que denuncia la persecución lingüística en Cataluña.
Molina respondió a Van-Halen recordándole el artículo 3 de la Constitución, que es al que se adhiere, respeta y defiende "como todos los ministros de los distintos Gobiernos de nuestra democracia y que deja muy claro estos temas", dijo.
El ministro leyó el citado artículo que señala que "el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en sus respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus estatutos".
Finalmente, Molina apostilló que él es gallego y que escribe en castellano y gallego y recordó al senador del PP que como director del Instituto Cervantes ha llevado "a la lengua española y a las otras lenguas cooficiales de España por todo el orbe".
UNA OBVIEDAD
Por su parte, Juan Van-Halen recriminó a César Antonio Molina que se escude para eludir este tema en la defensa de la Constitución: "El texto escrito por medio centenar de intelectuales, cinco líneas en catalán y castellano, no pasa de ser una cuestión concreta y personal y usted sabiamente ha eludido decir si se adhiere al escrito o no. No se trata de que usted defienda la Constitución, lo que parece obvio en su condición de ministro del Gobierno, sino de saber si se hubiera adherido a la denuncia, solidaridad y rechazo de esas cinco líneas de los intelectuales firmadas, entre otros, por colaboradores del Instituto Cervantes y por las directoras de este organismo en París y Utrech nombradas por usted", señaló.
Asimismo, Van-Halen indicó al ministro de Cultura que en esta cuestión existe un "problema de fondo": "Se lleva a la radicalidad una evidencia que se ha negado siempre, y también en esta Cámara, cuando se dice que nos inventamos un problema y que en la vida cotidiana conviven, y son apoyados por los poderes públicos de Cataluña, los dos idiomas que forman el bilingüismo", dijo.
Y agregó: "Pero ese destierro del castellano en Cataluña que vulnera la Constitución, ha llegado al mundo de la educación, donde contra la voluntad de los padres a los alumnos se les priva del castellano, al mundo del comercio y la publicidad, y también a la literatura y la edición".
