Una docena de participantes en Entroidos de la provincia de Ourense, etnógrafos e investigadores se reunieron hoy para abordar el dilema entre Entroido y turismo y, según la investigadora Nieves Amado, de Laza, hay que temer una pérdida de la cultura heredada de ocho siglos en favor de su aprovechamiento turístico.
La reunión fue organizada por el colectivo cultural Homo ludens, promotor del Centro de Estudios del Entroido de Galicia y, en una primera ronda, todos los asistentes, procedentes de las diferentes comarcas de la provincia, expusieron su visión sobre la evolución y situación actual de cada Entroido.
Una de las primeras en intervenir fue Nieves Amado, que abogó por la diferenciación de los Entroidos de la provincia porque incluso en eso que llamamos triángulo mágico de Laza, Verín y Xinzo no hay elementos comunes más allá de la masificación de su celebración.
Amado planteó el temor de que la tradición del Entroido transmitida por vía oral desde hace ocho siglos, por lo menos, se pueda perder en aras de su máximo aprovechamiento turístico, en el que prima la masificación y la falta de información sobre los rituales.
Otros participantes mostraron su convicción de primar en los Entroidos la calidad sobre la cantidad, excepto el presidente de los comerciantes de Xinzo, Antonio Casal, que explicó que los hoteles, casas de turismo rural y costureras están desbordados de trabajo en esta época e incluso se hacen reservas de un año para otro y esto es riqueza para el pueblo, precisó.
Por su parte, el presidente del colectivo organizador, Jesús Losada, también se refirió al Entroido de Xinzo para recordar que es un buen ejemplo de los beneficios que conlleva este evento, pero también de los destrozos en la tradición, ya que se sustituyeron rituales, máscaras y formas de comportamiento ancestrales por otras nuevas.
El etnógrafo David Pérez, de Bande, formó parte del grupo de cuatro personas que recuperó en su municipio el personaje y traje tradicional de troteiro a base de conversar con los más mayores del pueblo, según dijo, y relató que tras resurgir en el año 2000 y llegar hasta 60 participantes, ahora no hay gente suficiente que quiera asumir ese papel.
Entre las causas del declive expuso que la monotonía, la conversión del troteiro en un personaje que va de bar en bar, el hecho de que Bande esté fuera del triángulo mágico y de su promoción conjunta y el uso del Entroido para hacer propaganda política.
En ese sentido, señaló que el Entroido bebe del patrimonio cultural y debe ser un bien que hay que mimar porque sólo así podrá ser un recurso turístico.
Hay que ser conscientes de que si perdemos el contenido cultural ancestral de esta fiesta y sus protagonistas, no habrá promoción ni turismo, subrayó.
También estuvieron en la jornada sobre el Entroido participantes en el evento de Manzaneda, Viana do Bolo, Vilariño de Conso y Ourense y todas sus intervenciones, según explicó el secretario del colectivo organizador, fueron grabadas para elaborar con ellas el primer documento propio del Centro de Estudios del Entroido.
Una de las primeras en intervenir fue Nieves Amado, que abogó por la diferenciación de los Entroidos de la provincia porque incluso en eso que llamamos triángulo mágico de Laza, Verín y Xinzo no hay elementos comunes más allá de la masificación de su celebración.
Amado planteó el temor de que la tradición del Entroido transmitida por vía oral desde hace ocho siglos, por lo menos, se pueda perder en aras de su máximo aprovechamiento turístico, en el que prima la masificación y la falta de información sobre los rituales.
Otros participantes mostraron su convicción de primar en los Entroidos la calidad sobre la cantidad, excepto el presidente de los comerciantes de Xinzo, Antonio Casal, que explicó que los hoteles, casas de turismo rural y costureras están desbordados de trabajo en esta época e incluso se hacen reservas de un año para otro y esto es riqueza para el pueblo, precisó.
Por su parte, el presidente del colectivo organizador, Jesús Losada, también se refirió al Entroido de Xinzo para recordar que es un buen ejemplo de los beneficios que conlleva este evento, pero también de los destrozos en la tradición, ya que se sustituyeron rituales, máscaras y formas de comportamiento ancestrales por otras nuevas.
El etnógrafo David Pérez, de Bande, formó parte del grupo de cuatro personas que recuperó en su municipio el personaje y traje tradicional de troteiro a base de conversar con los más mayores del pueblo, según dijo, y relató que tras resurgir en el año 2000 y llegar hasta 60 participantes, ahora no hay gente suficiente que quiera asumir ese papel.
Entre las causas del declive expuso que la monotonía, la conversión del troteiro en un personaje que va de bar en bar, el hecho de que Bande esté fuera del triángulo mágico y de su promoción conjunta y el uso del Entroido para hacer propaganda política.
En ese sentido, señaló que el Entroido bebe del patrimonio cultural y debe ser un bien que hay que mimar porque sólo así podrá ser un recurso turístico.
Hay que ser conscientes de que si perdemos el contenido cultural ancestral de esta fiesta y sus protagonistas, no habrá promoción ni turismo, subrayó.
También estuvieron en la jornada sobre el Entroido participantes en el evento de Manzaneda, Viana do Bolo, Vilariño de Conso y Ourense y todas sus intervenciones, según explicó el secretario del colectivo organizador, fueron grabadas para elaborar con ellas el primer documento propio del Centro de Estudios del Entroido.
