El COB no pudo con un equipo que demostró en el Pazo la solvencia e intensidad que le hace luchar por el ascenso a la Liga ACB (55-75)

Burgos, demasiado rival

El base Mena sujeta del brazo al pívot burgalés del Aguas de Sousas José Coego. (Foto: josé paz)
El COB confirmó el cambio de rumbo que ha tomado con la llegada de Rafa Sanz pero esta vez el rival era de un tonelaje inaccesible. Este COB juega al baloncesto y carece de dependencias, sabe sufrir y pelea por las victorias, pero sigue teniendo lagunas y paga peaje cuando alguna de las partes del plan no sale según lo previsto. No ocurre lo mismo en el Burgos, quizá por eso uno es un colista al alza y otro es un aspirante al liderato y candidato al ascenso.
Esta vez al COB no le llegó con pelear y tener claro a lo que jugaba. El Burgos minó el recorrido y acabó ganando por k.o. un combate que mereció a los puntos y que tuvo durante la mayoría de minutos intercambio de golpes.

Casadevall pobló la zona y anuló a un Starosta decepcionante. Sin el checo, el COB es menos, y si Kale, Onyekwe y Coego no sobresalen es imposible optar a la victoria. El burgalés cumplió pero los americanos no tuvieron su día. Ahí empezó a caerse el plan.

En el Burgos no pasa nada si Alberto Miguel se lesiona a los tres minutos, si Lorant se resiente de molestias en el pie o si Castro le dice en el descanso a los médicos que prefiere no forzar.

El Burgos gana por convencimiento. Tillman dominó la zona, Downs apareció en el perímetro y Mena y Rai López se alternaron en la dirección para compensar la mejor baza del rival, Rod Brown.

Poco a poco el partido cayó por su propio peso. Sin referencias interiores el COB se condenó a depender del perímetro y ahí sólo Galarreta estuvo a la altura de las exigencias. Sin posibilidad de correr, los ourensanos se hicieron predecibles y obligados al juego estático la robustez del Burgos acabó ahogando a un COB que terminó con la lengua fuera. Sin rebote y sin aportación interior, la última baza de los de Rafa Sanz fue apretar en defensa y contagiar al Pazo. Surtió efecto y se reenganchó al partido, pero un triple de Rai López sobre la bocina para cerrar el tercer cuarto tiró por tierra el trabajo.


SIN OPCIÓN

El COB quiso empujar durante dos minutos pero volvió a pinchar en hueso y acabó hincando la rodilla. El Burgos no tuvo clemencia y abultó un marcador justo en el vencedor pero excesivo en el castigo con el vencido.

Una jornada menos y similar situación. El COB se queda a dos victorias de evitar el descenso directo y a tres de evitar el play off. El lastre heredado condena partidos como el último, en el que los méritos caen en saco roto y en los que se confía en el milagro para evitar que impere la lógica.

La lectura positiva para el COB es que enfrente sólo el Obradoiro podrá oponer un nivel similar, que no superior, y que el juego de los ourensanos, a poco que aporten los pívots, están en condiciones de sumar victorias con bastante más regularidad que hasta ahora.

El viernes, el equipo dirigido por Rafa Sanz visitará al Girona, que ahora ocuparía la última plaza que permite luchar por el ascenso a la ACB. El COB padeció a un equipo que tiene juego y ganas para conseguirlo.

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