El equipo ourensano pasó de tutear durante 25 minutos al Palencia a ser sacado del campo y pitado por su público confirmando la clara decadencia de su juego

El COB entra en depresión

Pedro Rivero, llorando, y Morentin en el banquillo del COB. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Toque de atención al inicio de semana y conjura después para disipar dudas y empezar a rendir como se espera del equipo configurado.
COB 59
Palencia 80


El baloncesto puso al COB en su sitio. Confirmó que las teorías vacías y los gestos de escaparate no sirven cuando el reloj empieza a correr. El equipo ourensano ratificó que su involución es incuestionable. Cada vez juega peor, compite menos y se desespera más. Ha entrado en una dinámica terrorífica en la que las sensaciones son calcadas a las de temporadas anteriores. Este equipo empieza a oler a descenso por mucho que esa conclusión pueda parecer temprana y asuste a los que tienen en su mano evitarlo. Huele a descenso y lo que está más claro aún es que no se acerca de ni de lejos a lo que debería aspirar.

El Palencia ensanchó en el Pazo una grieta por la que el COB hace agua y que le hace hundirse sin remisión cada semana que pasa. Cada vez peor. Quedan dos opciones, mirar hacia otro lado y confiar en mejorías sustentadas en datos sin argumentos o ponerle remedio. Toca cirugía pero la clave está en saber diagnosticar en qué parte del cuerpo.

El partido le hizo el mejor favor posible al COB. Directiva, equipo y afición. Disipó dudas. Dejó patente que es un equipo sin rumbo ni estilo. Capaz de competir e incluso mandar a ráfagas en el marcador durante 25 minutos y un pelele después.

Entraron los triples en la primera mitad y apareció el talento de Morentin y los chispazos de Huertas para compensar la balanza de una defensa que no existió. Otra vez. Como en Melilla, Logroño, Pamplona. Y eso que dos de esos partidos se ganaron.

Los últimos 15 minutos fueron un chiste. Un equipo abochornado y hundido. Rendido a un Palencia que lo sacudió con contundencia y ayudado por la pizca de fortuna que siempre tiene en contra el que está en el abismo. De ganar de uno a perder de 20 en cinco minutos. Injustificable pero no inesperado.

Un COB de buenas palabras pero en el que los jugadores norteamericanos firman números de risa. Entre Kale, Riley y Carter acabaron con seis puntos y siete de valoración. ¿A dónde va un equipo con eso? Y ya no es novedad.

¿Qué toca ahora? El Pazo dictó sentencia y avisó de una temporada en la que las gradas se vacían y en la que la ilusión que genera el proyecto ya es nula. Este COB está acabado y necesita un impulso que sólo los que están dentro deben decidir por donde pasa. Si el equipo no puede tendrá que empujarlo la directiva desde la grada. Si la directiva no puede tendrá que tomar decisiones para que en la pista cambie la dinámica.

Este COB ha imitado proyectos perdedores y está recogiendo lo mismo que a los que imitaron.

La próxima semana, el Ourense Termal visitará al Lleida y, dependiendo de lo que ocurra en el Barça-Navarra, quizá en puestos de descenso aunque eso es lo de menos. Lo peor es el que la velocidad a la que se deshace este equipo es directamente proporcional a la indiferencia que genera a su alrededor.

FICHA TÉCNICA

COB: Huertas (5), Rivero (3), Kale (1), González y Morentin (12) -cinco inicial- Luettgerodt (1), García (13), Frutos (6), Martínez (14) y Carter (4). Palencia: Otegui (12), Forcada, Rejón (5), Barbour (14) y Feliú (7) -cinco inicial- Abouo (7), Bravo (8), Garrido (8), Fornás (15) y Moncasi (4).

Parciales por cuarto: 18-19; 21-21; 12-18 y 8-22.

Árbitros: Pagán Baró y Zamora Rodríguez. Sin influencia en el marcador.

Incidencias: Partido disputado en el Pazo dos Deportes Paco Pazo con unos 1.800 espectadores en las gradas que despidieron al equipo ourensano con pitos y aplausos al ex jugador cobista Nick Barbour.

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