El Maside se impuso con toda justicia a un Velle que aún no tiene asegurada la permanencia

Deberes bien cumplidos

Hugo supera al portero Aarón y establece el definitivo 2-0. (Foto: Marcos Atrio)
Cuando está en juego la permanencia, y mucho más esta temporada por los múltiples arrastres, el tener más oficio en situaciones tan complicadas fue lo que le dio al Maside el billete de la tranquilidad al imponerse a un rival directo como el Velle, que ahora tendrá dos jornadas para solucionar el problema.
El juego durante la primera mitad discurrió lejos de las áreas, aunque los masidaos mostraron un mayor aplomo y consistencia para neutralizar a su rival.

La primera acción de peligro no llegó hasta la media hora de partido, un balón peinado por Mellado hacia la banda que cogió César y su posterior disparo fue bien neutralizado por Aarón.

Pero antes del descanso, el Maside marcó un tanto psicológico que nació de otro balón que César aprovechó por su banda izquierda y su centro atrás lo resolvió con mucha frialdad Jesús ante una defensa que se limitó a contemplar la acción del 1-0.

Con la tranquilidad que le daba esa mínima ventaja, el conjunto visitante manejó mucho mejor los tiempos del partido en una segunda parte en la que fue el dueño del balón. Sin embargo, el Velle dispuso de la mejor ocasión para empatar en una falta lanzada por Chanel que cabeceó Marcelo pero que encontró la ágil respuesta del guardameta Toño, que con una prodigiosa mano mandó el balón a la esquina.


Hugo pone la puntilla

Poco a poco, el equipo de José Ramón Rodríguez fue perdiendo el orden al buscar el gol colgando centros que siempre encontraron los expeditivos despejes de los centrales Chevi y Serafín.

Pero el Maside, cada vez que cogía el balón e iniciaba una contra, daba toda la sensación que el segundo tanto caería en cualquier momento. Fruto de una de esas contras nació el 2-0, una jugada bien trenzada desde el medio que derivó a la banda derecha, desde la que Jesús colocó un perfecto pase que Hugo resolvió con un ajustado disparo que no pudo detener Aarón.

Fue el golpe de gracia que dejó más tocado aún a un Velle que a pesar de las buenas vibraciones que dejó su lateral Adrián careció de la chispa necesaria para sacar adelante un partido tan importante en la angustiosa lucha por la permanencia. Por contra, el Maside cumplió su cometido, acabó con el trauma de ser arrastrado por algún Preferente y ahora se prepara para afrontar un reto más dulce, la Copa.

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