Los fieles seguidores del COB que renunciaron a ver el fútbol europeo por la LEB Plata volvieron a casa con una tremenda decepción

Un mazazo en toda regla

A la hora de verdad siempre están presentes. Son esos 1.500 fieles del COB que nunca abandonan a su club. Así sea en la ACB, LEB Oro o Plata. Así sea un viernes por la noche o un domingo por la mañana. Aunque coincida con el partido del Real Madrid o del Barcelona, de liga, Copa del Rey o Champions. Siempre anteponen el COB y el baloncesto a cualquier otra afición, o intentan hacerlas compatibles mediante la radio, el móvil o las redes sociales.
Todos ellos volvieron a cumplir, respaldando a su club ante este dislate federativo de fijar el partido el día menos apropiado -también lo sería el miércoles- de la semana.

Los 1.500 de siempre sufrieron como nunca. Primero asistieron impotentes al sufrimiento ourensano durante la primera parte. Después, disfrutaron con la remontada local y ese 84-76 en el marcador, a falta de poco más de un minuto para el final, que casi aseguraba la victoria.

En apenas un minuto, las canastas del Lan Mobel se convirtieron en puñaladas directas al corazón del aficionado ourensano. La derrota fue un tremendo bajón moral para el público, aunque nadie renunció al final a estrechar las manos de los jugadores y animarles a ganar el inminente partido en Azpeitia, el próximo viernes.

Además, para ver perder al Barcelona, mejor enterarse por la megafonía, pensarían muchos culés.

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