El Pabellón CF no está viviendo el final de temporada soñado. En lo deportivo, la pasada semana certificó el descenso con su equipo de referencia, el juvenil de División de Honor y el consiguiente arrastre de la escuadra de Nacional a la Liga Gallega. Ahora, el quebradero de cabeza llega en el plano institucional. El motivo, una moción de censura contra Francisco Doforno y su junta directiva.
Los motivos para presentarla, el profundo descontento de un grupo (14 socios con una dilatadísima trayectoria en el club pabellonista) respecto a la gestión que Doforno está desarrollando al frente del club emblema de la cantera futbolística ourensana.
La iniciativa se fundamenta en un punto capital: Doforno “no representa los valores del Pabellón CF”. Las causas se mueven entre lo institucional y lo deportivo. Así, los firmantes entienden que el club habría “perdido la buena relación” con el resto de clubes ourensanos, consideran que se está “justificando el fracaso deportivo” del primer equipo con el ataque a los árbitros, o que en los actos del 50 aniversario del club ”no sé contó con todos”, dejando de lado a “parte de la historia y la esencia” de la entidad.
A estos motivos habría que añadirle otros de gestión y organización. En la asamblea del pasado mes de febrero “no presentó las cuentas” y la convocatoria no se habría realizado conforme a ley, por lo que dicha asamblea “está impugnada”. Además, se habría intentado un cambio en los estatutos del club “al que la Xunta de Galicia no dio el visto bueno” .
Asamblea extraordinaria
Los firmantes de la moción de censura consideran que Francisco Doforno tiene el club como “un cortijo personal. Se cree un gurú y ha tomado plenos poderes. Actúa como presidente, director deportivo, entrenador y si pudiera, de jugador”. Por todo ello, solicitan “la convocatoria de una asamblea extraordinaria y que haya unas elecciones para que los socios voten y elijan el modelo de gestión de un club que está perdiendo su esencia”.
La secuencia lógica llegado este momento, al menos es lo que esperan los firmantes, sería que Francisco Doforno se pusiera en contacto con los socios de la moción para establecer un calendario de actuación “que desemboque en una asamblea extraordinaria con unas elecciones para el relevo en la presidencia. Él (Doforno) llegó sin que nadie lo votara después de la marcha de Juanín y Dopazo, y recibió el apoyo de todos, además en una época muy complicada, incluyendo lo más duro de la pandemia. Ahora queremos que los socios voten y elijan lo que quieren para el futuro del club”.
La pelota está ahora en el tejado de Francisco Doforno y su junta. A él, a ellos, les toca jugar una vez recibida la moción de censura.
