Pobre versión la del Verín ante el Pontellas (0-0)

Isi intenta no acabar en el suelo, ayer en el José Arjiz de Verín. ÓSCAR PINAL
photo_camera Isi intenta no acabar en el suelo, ayer en el José Arjiz de Verín. ÓSCAR PINAL
El Verín, excepto los cinco primeros minutos de cada periodo, queda atrapado en la red que le tendió el Pontellas

Muy poco Verín frente al penúltimo clasificado, la victoria una semana atrás sobre la bocina en Arnoia se tradujo en una salida efervescente en cada periodo, efervescencia que no pasó de los cinco primeros minutos. Ni por arriba ni por abajo, ni en corto ni en largo, los ourensanos fueron un equipo sin fútbol, los gritos constantes de su entrenador no los despertaron. Con una pelota de Enio a la que no llegó Miguel Vilachá y un remate de Aitor que se perdió no demasiado lejos del poste cerraron el quiosco los verinenses, que no el acoso y derribo porque no hubo ni lo uno ni lo otro. 

El sol iluminó la salida de los de Iván González, que antes de llegar al primer minuto ya habían puesto dos veces la pelota desde la esquina. No se había jugado el décimo y ya iban cuatro. Por el camino, Hugo García probó al guardameta, bien es cierto que con muy poco ángulo para superarlo. Hasta ahí, que no volvieron a acercarse con verdadera posibilidad de hacer gol hasta los minutos finales.

Penúltimo marcha en la liga el Pontellas, así que sumar de uno en uno difícilmente le sacará del pozo. Superado ese conato de agresividad local, los porriñeses rondaron el 0-1 con un sartenazo desde más allá de la frontal del área que Adrián Iglesias se quitó de encima como pudo. La respuesta la intentó dar Isi, pero el bote del balón le dejó con las ganas. La grada empezaba a impacientarse.

Nada salía bien, Marcos Vilachá cedió un córner sin sentido, el guardameta Adrián no fue capaz de blocar una pelota sencilla. Y menos mal, porque un simple despeje de Toni dejó a Et Tohami en una posición fantástica para progresar. Decidió pararse, eso que ganó el Verín. Con un forzado cabezazo de Carlos Villar se cerró un primer tiempo de lo más insípido.

Pareció otra cosa el inicio del segundo, Miguel Vilachá quiso controlar lo que debió haber sido un disparo a puerta, Isi alcanzó la línea de fondo con una arrancada impetuosa. Visto que tres pases seguidos no era posible, un juego más en largo pareció una buena solución. Solo que se acabó pronto, vuelta al tedio.

Movió el banquillo el entrenador a la hora de partido, tres cambios de una tacada. Por las buenas o por las malas. Tampoco. La presión era tan flojita que ganar el balón era realmente difícil. Los minutos pasaban y nada pasaba, Miguel Vilachá y Aitor firmaron las últimas intentonas antes de cerrar la carpeta.

Peregrinaje ahora lejos del Arjiz, Moraña, Portonovo y Racing Castrelos. No será hasta marzo cuando el Verín vuelva a casa.

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