El expresidente del Ourense medita regresar al club y tomar el relevo de Manuel Seoane, condicionándolo a la implicación de la Diputación

Rois deshoja la margarita

No hay fumata blanca. El Ourense sigue un día más con un presidente casi por obligación en la silla y uno que lo sería por devoción en la calle. Manuel Seoane sigue recolectando dinero entre las empresas ourensanas y Manolo Rois deshojando la margarita con amigos, familiares y sobre todo consigo mismo.
El ex presidente se muere de ganas por volver al club pero le cuesta reconocerlo. Sabe que tiene muy poco que ganar en un regreso casi a la desesperada pero lleva en la venas el veneno de un club que le sigue quitando el sueño a una persona que ya de por sí duerme pocas horas.

Se lo pidió el actual presidente pero condicionó su regreso a la implicación de la Diputación. Es consciente de la delicada situación económica de la mayoría de empresas y sabe que la única salida para un club corroído por las deudas pasa por una llamada externa que ayude a aumentar la aportación al club. Los tiempos han cambiado para un club del que salió hace siete años pero Rois cree que la solución pasa por recuperar fórmulas del pasado y apretarse el cinturón al máximo de cara al futuro.

Rois es claro, siempre: '¿Cómo é posible que non haxa outro home en Ourense que non sexa capaz de coller o Ourense? Non o creo'. Y, 'off the record', desgrana con pena la situación por la que atraviesa 'su' Ourense. Le duele y se le escapa que quiere volver. El corazón lo condiciona pero la cabeza le impide dar el sí definitivo.

Su salud le dio un aviso serio en su último viaje deportivo y su aspecto actual desvela que soltar amarras fue clave para salir del entuerto en el que se había metido. Eso sin dejar su inseparable cigarrillo de marca americana.

Su mujer y su hijo se desesperan para intentar convencerlo de que su respuesta sea negativa pero la más dura y crítica es su hija mayor. Entre todos intentan que el tiempo con los dos nietos y el resto de la familia puedan con su afición por el Ourense.

Hoy volverá a reunirse con Manuel Seoane y la respuesta es imprevisible. Ni él mismo lo sabe. 'Teño que aclarala cabeza', dice.

Si impera la cabeza seguirá siendo el mejor aficionado desde la grada. Si lo hace el corazón tomará las riendas con todas las consecuencia. Con todas.

Y llegará con medidas rápidas a tomar. Un central y un centrocampista ofensivo como fichajes inexcusables y la salida de algún jugador de la plantilla que tiene nombre y apellidos asignados. Eso en el campo. En los despachos hay más. En la grada también.

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