Humberto Silva, del Benfica, fue el vencedor de la primera edición de los Juegos mundiales de ciclismo (Open), en la localidad ourensana de Pereiro de Aguiar. Silva cogió la escapada definitiva y se impuso a su compañero de fuga Enrique Salgueiro, corredor del Rias Baixas.
La prueba se disputó en el tradicional circuito del área recreativa de Loñoá (Pereiro de Aguiar), que tiene una longitud de 6.980 metros, circuito al que los 89 participantes presentes en la línea de salida tuvieron que dar un total de diez vueltas, para completar 69 kilómetros y 800 metros.
Al paso por el repecho de Cebreiros, en la segunda vuelta, se formó una escapada integrada por siete corredores, que se movieron con una ventaja cercana al minuto. No iba a más la diferencia pero tampoco el pelotón lograba darles alcance. Con todo, en ningún momento pareció ser la escapada que se iba a disputar la victoria.
EL MOMENTO DEFINITIVO
Con esta tónica se fueron sucediendo las vueltas de la carrera hasta la última, de nuevo en la subida de Cebreiros, donde saltaron Humberto Silva y Enrique Salgueiro, que poco a poco abrieron un pequeño hueco y alcanzaron entre diez y quince segundos de margen, suficientes para jugarse entre ellos la victoria final en la línea de llegada.
Los demás puestos de honor se jugaron en un apretado sprint del pelotón, que encabezó a menos de diez segundos de diferencia Francisco Javier Iglesias en una carrera que alcanzó una media de más de 42,300 kilómetros a la hora.
Mientras los mayores disputaban su prueba, en la recta de línea de meta la escuela de ciclismo de Pereiro de Aguiar organizó otra prueba destinada a los más pequeños de dicha escuela, que reunió a 40 niños que empiezan a dar las primeras pedaladas.
Al paso por el repecho de Cebreiros, en la segunda vuelta, se formó una escapada integrada por siete corredores, que se movieron con una ventaja cercana al minuto. No iba a más la diferencia pero tampoco el pelotón lograba darles alcance. Con todo, en ningún momento pareció ser la escapada que se iba a disputar la victoria.
EL MOMENTO DEFINITIVO
Con esta tónica se fueron sucediendo las vueltas de la carrera hasta la última, de nuevo en la subida de Cebreiros, donde saltaron Humberto Silva y Enrique Salgueiro, que poco a poco abrieron un pequeño hueco y alcanzaron entre diez y quince segundos de margen, suficientes para jugarse entre ellos la victoria final en la línea de llegada.
Los demás puestos de honor se jugaron en un apretado sprint del pelotón, que encabezó a menos de diez segundos de diferencia Francisco Javier Iglesias en una carrera que alcanzó una media de más de 42,300 kilómetros a la hora.
Mientras los mayores disputaban su prueba, en la recta de línea de meta la escuela de ciclismo de Pereiro de Aguiar organizó otra prueba destinada a los más pequeños de dicha escuela, que reunió a 40 niños que empiezan a dar las primeras pedaladas.
