El COB ganó en una cancha en la que la que nunca lo había hecho y con una demostración de poderío grupal que disipa cualquier duda sobre su potencial
Victoria histórica del COB. Nunca había ganado en la cancha del Burgos y lo hizo además en un partido intachable. Sensacional imagen de los ourensanos en la mejor pista para hacerlo. Ganaron al mejor equipo de la liga y ante un Burgos a gran nivel. Un COB que sacó a relucir el nivel que verdaderamente tiene, el que se le puede y debe exigir.
Cuesta recordarle una demostración ofensiva tan imponente como la de anoche. A altísimo nivel en todos los cuartos. Sin dudas en los mejores momentos del rival y acertado cuando tenía que sentenciar. Un COB de diez.
Nunca le perdió la cara al partido en la primera mitad. Respondió a cada golpe del Burgos con la misma medicina. A cada triple local respondió el COB con otro. Sabat primero, Xavier después y al final García. En los visitantes empezó Martínez y asumieron el relevo Fieler y Suka-Umu. Siempre con un gran Salva Arco.
Nada que reprochar a un COB notable frente a un rival sobresaliente. Un COB que empezó mandando y que no se descompuso cuando se vio ocho puntos abajo y en el mejor momento de acierto de los locales. Capaz de mantenerse en partido pese a un impresionante 9 de 16 en triples encajado.
Pero lo mejor aún estaba por llegar. La segunda mitad es para grabarla. 52 puntos y un recital constante.
Brown y Suka-Umu
El Burgos amenazó con romper el partido ya salida. Un 6-0 que le dio 12 puntos de ventaja y con una sensación de poderío constante (55-43). Pero tampoco ahí bajó los brazos el COB. Suka-Umu asumió una vez más el reto de liderar a los suyos. Anotó y generó. Fue el mejor en un equipo en el que nadie desmereció. Rivero, Martínez, Arco, Rejón...
Empezaron a bajar los porcentajes locales y la ventaja se quedó en nada. 71-66 para acabar el cuarto.
Y ahí apareció el jugador diferencial. Suka-Umu fue el mejor pero Tyler Brown fue la clave. Anotó tres triples consecutivos, lideró un parcial de 0-12 y se creció hasta enmudecer al Plantío. Cada acción fue acertada. Tiros exteriores, penetraciones y asistencias. 19 puntos y 15 en la segunda mitad.
78-83 y el partido donde lo querían los ourensanos. Creciéndose y con toda la presión para los locales. Y no perdonó. Aparecieron Rivero y Rejón para tomar el relevo. Anotaron canastas decisivas para mantener la ventaja y dejaron que el reloj acabase de matar a un Burgos impotente. Obligaron a claudicar al mejor equipo de la competición. Conquistó Burgos demostrando que si se lo cree este COB tiene mimbres para ilusionar como hace años no ocurría. El equipo alzó la voz para reclamar crédito. Lo tiene, todo.
