El Ourense B acabó imponiéndose al Velle en un partido en el que sufrió la expulsión de tres de sus futbolistas

Victoria demasiado cara

El delantero del filial ourensanista Varandela, rodeado por Cani, Luis y Toño, del Velle.
El Ourense B se reencontró con la victoria pero a costa de un precio muy elevado ya que terminó el partido contra el Velle con ocho.
Antes de esta catarata de expulsiones, el filial comenzó con buen pie el encuentro. Una falta lanzada por Rubén Arce superaba la estirada de Adrián y se estrellaba sobre la base del palo derecho, pero Cristian estuvo muy rápido y recogió el rechace para empujar la pelota debajo de los palos y colocar el 1-0. Tuvo el Velle el empate acto seguido, pero el cabezazo de Almeida se fue sobre el larguero.
Más tarde la tuvo Iker, por dos veces. Primero rematando un centro de Rubén Arce que salvó Davizín y más tarde aprovechando un fallo de Davizón que terminó rematando al cuerpo del portero.
Pero el delantero tuvo su revancha. El omnipresente Rubén Arce le robó la cartera a Roberto y habilitó a Iker, que dentro del área materializó el 2-0 con un disparo cruzado junto al palo izquierdo.
El entrenador del Velle revolucionó el banquillo y los cambios le dieron otra dinámica a su juego, pero no tuvo el acierto necesario.
El partido siempre transcurrió dentro de mucho desorden, pero la expulsión de Choco fue la mecha que encendió un clima de crispación, nervios y más rojas. Un agarrón infantil de Miguel sobre Luis hizo que Adrián Núñez, de penalti. le pusiera una cierta dosis de incertidumbre que puso en peligro la victoria del Ourense B.

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