Los celestes necesitan ganar hoy al Salamanca en Balaídos (17:00) para poner tierra de por medio con los puestos de descenso

El Celta busca retomar su reacción

Cellerino, uno de los dos refuerzos llegados al Celta en el mercado invernal, se dispone a disparar a portería en el entrenamiento de ayer. Es uno de los 24 jugadores citados. Foto: vicente
Tras un mes de enero repleto de emociones, el Celta ha regresado esta semana a una rutina mucho menos estresante, pero sí poco motivante y atractiva. Ya se han acabado los encuentros entre semana y, con ellos, el sueño copero, que permitió a los celestes hacerse un pequeño hueco en los noticiarios deportivos nacionales después de años alejados de ellos.
Lo positivo de la eliminación copera es que Eusebio ha tenido seis días para prepapar la cita de esta tarde ante el Salamanca. Pero el hecho de disponer de más tiempo, lejos de esclarecer sus ideas, lo ha sumido en un mar de dudas. El de La Seca dice que ahora ya no hay espacio para las rotaciones, que jugarán los que en mejor forma estén y los que muestren un mayor compromiso. ¿Siguiendo estos criterios, quiénes son los jugadores más aptos? Es difícil dar una respuesta y el propio Eusebio no lo tiene muy claro. Así lo reconoció ayer, cuando admitió que éste ha sido uno de los motivos por los que ha incluido a los 24 disponibles en la lista de convocados. Sea como fuere, lo más probable es que opte por la vía continuista y, con leves retoques, el once se parezca al que jugó y empató la pasada semana en Soria ante el Numancia. Al margen de las cábalas y dudas de Eusebio, el partido cuenta con muchos alicientes. El Celta debe posicionarse ya. Las jornadas van pasando, el ecuador de la competición ya ha quedado atrás y el conjunto vigués sigue igual que a l comienzo de temporada, codeándose con los de abajo. En las últimas semanas hemos asistido a un conato de reacción, que se ha quedado en eso: un simple e insuficiente conato. El descenso sigue a dos puntos y algunos de los que parecían casi desahuciados, como el Murcia, comienzan a despertar. Mientras tanto, en el club parecen más preocupados por renovar a Eusebio que por la marcha del equipo y el propio vestuario, cansado ya de los ejercicios de autocrítica, se ha sumido en un estado de autocomplacencia muy peligroso. La Copa del Rey ha otorgado confianza a la plantilla, pero ya se sabe que ésta es un arma de doble filo. En su justa medida, es la compañera de viaje ideal, pero si nos pasamos con la dosis puede resultar letal. El Salamanca será una buena piedra de toque para saber si el Celta se ha olvidado de los éxitos de enero y baja a la tierra para intentar arreglar cuanto antes una trayectoria que preocupa. El ex equipo de Miguel Torrecilla y de hasta seis componentes del plantel llega a Vigo con Sito al mando, un entrenador novato, que sustituyó hace unos días al destituido Juan Carlos Oliva. La razón esgrimida para este cambio en el banquillo fue que el anterior técnico no había conectado con la afición. Una decisión, cuanto menos, sorprendente. El Salamanca es uno de esos equipos que se le suele dar bien al Celta. Es valiente y no abusa del balón en largo. No obstante, ya hemos visto esta temporada en más de una ocasión que los rivales cuando llegan a Balaídos dejan de lado sus buenos propósitos futbolísticos y no dudan en cerrarse atrás y esperar a su ingenuo oponente en su propio campo. Lo dicho anteriormente es una de las causas que explican el pobre rendimiento del Celta como local. Es el peor de la categoría en este apartado. Esta tarde se presenta una buena oportunidad para romper con esta estadística y empezar a mirar hacia el futuro con un poco más de optimismo.

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