El Getafe sufre, pero jugara su tercera semifinal en cuatro años

El Celta cae ante el Atlético

Los jugadores del Celta de Vigo, Miguel Pérez (i) y Iago Aspas, se lamentan de una ocasión fallada.
El Atlético de Madrid eliminó al Celta tras imponerse en Balaídos por 0-1 y se clasificó para las semifinales de la Copa del Rey de fútbol, en las que tendrá como rival al Racing de Santander. Un gol de uruguayo Diego Forlán a los 25 minutos selló, no sin sufrimiento, el pase a las semifinales del equipo Quique Sánchez Flores, que en la ida cedió un empate 1-1 ante los celestes. El Racing se clasificó el miércoles tras golear 0-3 a Osasuna. También estará en semifinales el Getafe, que jugará por una plaza en la final contra el Sevilla, pese a perder por 0-1, con un gol de Adúriz en el minuto 45, ante el Mallorca en el encuentro de vuelta.
Un error defensivo de Noguerol, que Forlán no desaprovechó, permitió al Atlético de Madrid clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey, eliminatoria en la que se medirá al Racing de Santander. Los colchoneros, que pudieron matar el encuentro al contraataque, tuvieron que sufrir hasta el final para asegurarse su pase.

En el inicio del encuentro el Atlético se encontró con un Celta atrevido, ambicioso, con hambre de hacer algo grande. Al igual que sucediera en el Calderón, los gallegos pronto se adueñaron del balón y dominaron a los de Quique Sánchez Flores con comodidad.

Pero a los rojiblancos, que se jugaban media temporada en el choque, no les importó demasiado ceder el mando del encuentro a los celestes. El Atlético fiel a su historia, y al estilo que suele imponer Sánchez Flores a sus equipos, apostó por el contraataque como mejor arma para golpear al Celta.

El del Atlético es un fútbol aburrido, de poca creatividad, pero que a veces puede resultar efectivo, sobre todo si en la delantera cuentas con delanteros de la calidad de Forlán o Agüero.

La dupla ofensiva de los rojiblancos vivió en un desierto durante todo el encuentro, ya que su equipo defendía bien con las líneas muy juntas pero era incapaz de hilvanar varios pases seguidos. Forlán y Agüero sólo entraron en juegos cuando los despistes de la zaga gallega se lo permitieron.

Pero eso le bastó a los rojiblancos para asegurarse su presencia en las semifinales de la Copa. A los trece minutos, tras un error de Roberto Lago que dejó sólo al portugués Simao en la banda derecha, el Atlético dio su primer aviso, pero el Kun se equivocó de opción al dejar pasar el balón hacia atrás en vez de rematar.

Un fallo que no cometió Forlán sobrepasado el ecuador del primer acto tras un regalo del central Noguerol, que dejó sólo al uruguayo en el mano a mano ante Yoel. Ahí el charrúa, pese a no atravesar por su mejor momento, suele ser letal, y en Balaídos lo dejó claro.

Antes, el Celta también había tenido una buena ocasión para adelantarse, pero Michu, dentro del área rojiblanca, se durmió tras un mal control y permitió a la defensa madrileña enmendar su error y evitar el remate del asturiano.

El gol de los rojiblancos fue una puñalada demasiado profunda para un Celta que se vino abajo moralmente pese a que nunca dejó de intentarlo. Además, al filo del descanso, el Atlético pudo ampliar su renta, pero esta vez Forlán eligió la peor opción al tirar a puerta cuando Agüero estaba completamente sólo.

Con la eliminatoria todavía abierta, en la segunda parte Pérez Lasa también entró en escena. Primero anuló un tanto a Agüero, por un dudoso fuera de juego, y después al gallego Trashorras, al entender que el futbolista celeste había pedido pasos y no podía ejecutar el libre directo que acabó con el balón en el fondo de la red de De Gea.

Con el paso de los minutos el Celta se lanzó a por el empate descuidando su defensa, permitiendo al Kun dejar numerosos detalles de su calidad, ya que de sus botas nacieron dos grandes ocasiones que Simao y Forlán estrellaron contra un inspirado Yoel.

Y pudo pagarlo caro el equipo de Quique, pues a falta de siete minutos para el final, después de una genialidad de Trashorras, el internacional sub 21 Joselu, fichado ya por el Real Madrid, estrelló su cabezazo en el larguero.

Ahí se acabó el sueño celeste. Ahí respiró profundamente Sánchez Flores, consciente de lo importante que es para su equipo meterse en las semifinales de una competición que puede salvarle la temporada a los colchoneros.

Getafe


El Getafe alcanzó su tercera semifinal de Copa del Rey en los últimos cuatro años a costa del Mallorca, que puso contra las cuerdas a su rival y estuvo a punto de remontar una eliminatoria que tenía muy cuesta arriba.

Con el 1-2 de la ida a favor, el conjunto del sur de Madrid jugó con fuego desde el principio del duelo. Para empezar, Míchel no sacó desde el principio a los mejores jugadores de su equipo. Pedro León, Manu del Moral, Roberto Soldado y Javier Casquero calentaron el banquillo durante todo el primer periodo.

Con la base del equipo madrileño fuera de juego, el Getafe perdió el sentido táctico en muchas de las fases del choque. Sólo el ghanés Derek Boateng parecía entonado. Y eso que tenía a Borja Valero y a Mario, en muy buena forma, incordiando constantemente.

Fue ese guión el que convirtió un encuentro de vuelta, que a priori podía ser un paseo para la escuadra 'azulona', en una película de miedo. Pese a que nadie tenía el poder absoluto sobre el juego, el Mallorca creaba mucha inquietud en las filas de la escuadra de Míchel.

De hecho, excepto un mano a mano que desperdició el uruguayo Juan Albín y algún que otro contraataque con algo de incertidumbre, el Getafe no hizo más en los primeros 45 minutos. Las grandes ocasiones fueron para los hombres de Gregorio Manzano.

El primer aviso llegó desde el punto de penalti. El uruguayo Gonzalo 'Chori' Castro lo provocó después de una jugada excepcional en la que fue zancadilleado por Rafa dentro del área. Sin embargo, el portero argentino Óscar Ustari, adivinó el disparo de Aritz Aduriz, que desperdició su primera ocasión

No mucho después, en el minuto llamado psicológico, de nuevo los dos jugadores se convirtieron en protagonistas. Ustari, acostumbrado casi siempre a mostrar una doble cara, enseñó la mala. En un córner sacado por Mario, salió a recoger uvas y Aduriz remató de cabeza el balón a la red. Era el primer tanto y de miedo se pasó al terror. Además, coincidió con el pitido final. Al Getafe le esperaba una segunda parte demasiado tensa.

En la reanudación, Míchel vio las orejas al lobo y tardó quince minutos en sacar al terreno de juego a Javier Casquero y a Pedro León. Los sacrificados, Pedro Ríos y Daniel Parejo, cumplieron un papel diferente sobe el campo. El primero, pasó inadvertido. Sin embargo, Parejo, estaba siendo el más potable hasta ese momento.

Con ambos sobre el campo, el Getafe no mejoró. Curiosamente, el Mallorca, que necesitaba marcar para pasar la eliminatoria, se encerró en su parcela de juego y comenzó a tirar contragolpes peligrosísimos. En uno de ellos, Rubén, solo dentro del área pequeña, mandó un cabezazo a la grada.

Esa dinámica no favorecía el Getafe. Necesitaba algo que parase la ofensiva bermellona. Un detalle o cualquier cosa que evitara una debacle. Y José Carlos Nunes se aplicó en ayudar a su rival. Lo hizo con una falta demasiado agresiva sobre Casquero. En la siguiente jugada, el talaverano devolvió la tarascada del jugador del Mallorca. Con el lío montado, el choque se volvió engorroso y algo agresivo. Y eso, a quince minutos para el final, ayudó al Getafe, que se enrabietó y por lo menos no cedió tanto terreno.

El tiempo fue pasando ante la desesperación del Mallorca. Quería pero no podía. Incluso, en su afán por marcar, pudo recibir un gol de Pedro León, que casi mata la eliminatoria en el descuento. Al final, el club balear mereció algo más en el segundo partido. En el computo de la eliminatoria, el Getafe ganó a los puntos, pero jugó con fuego y casi se quema.

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