El Dakar sudamericano quiere parecerse al africano

La próxima edición del rally Dakar, que comenzará el 3 de enero en Buenos Aires y recorrerá Argentina y Chile, quiere parecerse a su antecesor africano y por eso los organizadores han buscado escenarios similares, dificultades parecidas y referentes reconocibles por participantes y público.
Las grandes diferencias del rally sudamericano provendrán de la altitud que alcanzará la caravana dakariana, hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar, y el calor que reinará en enero en el hemisferio sur, que será mayor que el que reservaba al rally el desierto del Sahara, según desvelaron hoy los organizadores.

Tras cien días de reconocimiento de las pistas, el director del rally, Etienne Lavigne, desgranó en París los 9.500 kilómetros de la prueba, 5.650 de ellos cronometrados, en una ‘aventura’ que definió como ‘cien por cien Dakar’.

Lavigne recordó que el rally tuvo que abandonar Africa por los problemas de terrorismo que vive Mauritania, lugar esencial de paso de la caravana, y agradeció la acogida de Argentina y Chile, donde, aguardan una ‘histeria colectiva’ del público con la carrera.

También destacó que las principales estrellas del Dakar estarán en la edición sudamericana ‘pese al contexto económico difícil que vive el mundo y a las turbulencias que atraviesa la disciplina’.

El Dakar ha reunido a 188 participantes en moto, 230 en coche, 30 quads y 83 camiones, procedentes de 49 países, una nómina similar a la que tomó la salida de Lisboa hace dos años.

Entre ellos se encuentran los principales tenores de la disciplina. Marc Coma y Cyril Despress están registrados en el apartado de dos ruedas.

Los Volkswagen de Carlos Sainz, Giniel de Villiers o Mark Miller tratarán de arrebatar la hegemonía a los Mitsubishi de Stéphane Peterhansel, defensor del título, Luc Alphand o Nani Roma.

Sin olvidar otros participantes de excepción como el estadounidense Robby Gordon a los mandos de su Hammer; el chileno Eliseo Salazar, que probará en el Dakar tras haber competido en Fórmula Uno, en las 500 millas de Indianápolis o en las 24 horas de Le Mans; o el español Isidre Esteve, que tras el accidente que sufrió en su moto probará suerte en las cuatro ruedas con un coche adaptado a su discapacidad, con todos los mandos en el volante.

‘Para un rally excepcional contamos con una lista de participantes excepcional’, dijo Lavigne feliz porque el cambio de ubicación de la prueba no haya desanimado a los grandes del deporte.

Junto a las grandes estrellas, el Dakar contará de nuevo con un 80 por ciento de aficionados, entre los que destaca la gran presencia de franceses y españoles y entre los que habrá una treintena de equipos sudamericanos, un récord para la prueba.

‘Sin olvidar que en este rally la experiencia no sirve para mucho, porque todo es nuevo, lo que hará que la prueba sea todavía más interesante y el resultado más apretado’, dijo Lavigne.

El rally se presentará en la avenida ‘9 de julio’ de Buenos Aires el 2 de enero y se lanzará al día siguiente hacia la Pampa.

Las dos primeras etapas ‘técnicamente fáciles y con un pilotaje muy rápido, servirán de rodaje para las máquinas y los pilotos’, según el director deportivo de la prueba, David Castera.

La tercera y cuarta etapas, entre Puerto Madryn y Jacobacci y entre esta ciudad y Neuquen, marcará la entrada en Patagonia y será la primera especial selectiva, con 616 kilómetros cronometrados y las primeras dificultades del terreno y de la navegación.

Las primeras dunas, el paisaje puramente dakariano, llegará en la quinta etapa, con final en San Rafael, y en la sexta, que acaba en Mendoza, con la particularidad de que el rally irá ascendiendo, casi sin darse cuenta, la cordillera andina.

Idéntico panorama al día siguiente en una etapa con final en Valparaiso, donde la caravana disfrutará de la jornada de reposo junto al Pacífico. La frontera se cruzará por el paso de San Francisco y a la ciudad chilena se llegará por autopista.

En Chile se situará ‘el corazón del rally’, según Lavigne, quien aseguró que el recorrido por ese país marcará la general final, ‘como sucedía con Mauritania’ en las ediciones africanas.

Entre Valparaiso y La Serena se vivirá una etapa similar a las del Algarve portugués. Copiapo será escenario de dos etapas de arena y dunas, la segunda, en pleno desierto de Atacama, será ‘la más larga y la más dura del rally’, con 670 kilómetros de especial.

Al día siguiente una etapa de transición en la que los pilotos no tendrán derecho a asistencia técnica en Fiambala. El rally enfilará de nuevo a Buenos Aires con tres etapas más rápidas. Atrás habrá quedado la arena y podrán pisar los aceleradores, a condición de que la vegetación, sobre todo los cactus, se lo permita.

Córdoba será el escenario de la penúltima etapa y los organizadores esperan una enorme afluencia de público a una zona que celebra un rally al que acude más de un millón de espectadores.

La llegada a Buenos Aires se hará en La Rural, la antigua feria de ganado de la capital, donde será consagrado el primer ganador del Dakar sudamericano.

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