La selección española cumplió con los pronósticos y certificó su presencia en los Juegos Olímpicos de Londres, donde tratará de mejorar el bronce conquistado hace cuatro años en Pekín, después de imponerse por un contundente 20-28 a Argelia en un plácido partido para el equipo español.
Liberado de tensión a raíz del triunfo sobre Serbia y consciente del suculento premio que garantizaba la victoria, el conjunto español salió dispuesto a sentenciar cuanto antes. Para ello, el seleccionador español, Valero Rivera, no dudó en situar desde el primer minuto una defensa individual sobre el cañonero Berkous, que ya dio muestras de su poderoso brazo con los ocho goles que anotó el viernes ante Polonia. En ataque, España apostó por la presencia del central Sarmiento, un consumado penetrador, para aprovechar al máximo los numerosos espacios dejados por la profundísima defensa norteafricana.
La receta no tardó en darle frutos al equipo español, que en apenas diez minutos ya marchaba con una cómoda ventaja de tres tantos (1-4), que hacía presagiar una contundente victoria.
Pero si algo tiene Argelia es una inquebrantable voluntad que le permite aferrarse a los partidos pese a tenerlo todo en contra. Un carácter indomable que le permitió sobrevivir a la excelente labor del guardameta Sierra, que cerró la primera mitad con un 50 por ciento de paradas, y llegar a nueve minutos para el descanso con una desventaja de tan sólo dos goles (6-8).
Pero las diferencias entre el vigente subcampeón de África y el cuarto clasificado en el último Europeo son tan grandes que a España le bastó con prestarle un poco más de atención a los pequeños detalles para llegar al tiempo de receso con unos tranquilizadores cinco goles (9-14) de diferencia.
La renta no dejó de crecer en la segunda mitad, en la que España pareció maniatar, al menos de inicio, al pivote Mokrani, autor de cuatro de los nueve goles de los argelinos en el primer tiempo, para acabar definitivamente con cualquier opción de sorpresa.
El conjunto argelino no dudó en recurrir hasta a una defensa individual por todo el campo, con España en inferioridad numérica, para tratar de frenar la escapada de la selección española, que llegó ganar hasta por nueve goles (12-21).
Diferencia que los norteafricanos apenas pudieron maquillar (20-28) ante el sensacional encuentro de Sierra, que decidió regalarle a su compañero de portería, José Javier Hombrados, que cumplía 40 años, un partido digno del capitán español, eso sí, acompañado de un billete para Londres.
La receta no tardó en darle frutos al equipo español, que en apenas diez minutos ya marchaba con una cómoda ventaja de tres tantos (1-4), que hacía presagiar una contundente victoria.
Pero si algo tiene Argelia es una inquebrantable voluntad que le permite aferrarse a los partidos pese a tenerlo todo en contra. Un carácter indomable que le permitió sobrevivir a la excelente labor del guardameta Sierra, que cerró la primera mitad con un 50 por ciento de paradas, y llegar a nueve minutos para el descanso con una desventaja de tan sólo dos goles (6-8).
Pero las diferencias entre el vigente subcampeón de África y el cuarto clasificado en el último Europeo son tan grandes que a España le bastó con prestarle un poco más de atención a los pequeños detalles para llegar al tiempo de receso con unos tranquilizadores cinco goles (9-14) de diferencia.
La renta no dejó de crecer en la segunda mitad, en la que España pareció maniatar, al menos de inicio, al pivote Mokrani, autor de cuatro de los nueve goles de los argelinos en el primer tiempo, para acabar definitivamente con cualquier opción de sorpresa.
El conjunto argelino no dudó en recurrir hasta a una defensa individual por todo el campo, con España en inferioridad numérica, para tratar de frenar la escapada de la selección española, que llegó ganar hasta por nueve goles (12-21).
Diferencia que los norteafricanos apenas pudieron maquillar (20-28) ante el sensacional encuentro de Sierra, que decidió regalarle a su compañero de portería, José Javier Hombrados, que cumplía 40 años, un partido digno del capitán español, eso sí, acompañado de un billete para Londres.
