El británico de origen keniano Chris Froome (Sky), subcampeón de la Vuelta 2011, se lució en la séptima etapa del Tour de Francia, entre Tomblaine y la inédita cima de La Planche des Belles Filles, de 199 kilómetros, primer final en alto de la presente edición de la carrera francesa, donde le facilito además el maillot amarillo a su jefe de filas, Bradley Wiggins.
Froome sigue sorprendiendo. La sobraron fuerzas para llevar el tren del Sky en la ascensión definitiva a la Planche des Belles Filles y acelerar a 500 metros de la pancarta hasta alcanzar la gloria en su segundo Tour de Francia. Enorme exhibición del británico, que superó en dos segundos a Cadel Evans y a su jefe Bradley Wiggins y en siete a Vincenzo Nibali, el cuarteto que demostró en el primer examen la condición de favoritos.
Un ascenso de 5,9 kilómetros al 8,5 por ciento al nuevo 'Angliru del Tour', a la puerta de los Vosgos franceses que confirmó que la prueba francesa va a ser un duelo anglosajón Wiggins-Evans, ya en los primeros puestos de la general separados por diez segundos, pero con permiso de Nibali, que es tercero a 16.
'El objetivo era vestirme de amarillo. Es un sueño ser líder del Tour desde que era niño', señaló Wiggins nada más bajar del podio.
El Sky dinamitó la carrera en el primer puerto serio. Aguantaron el estonio Taaramae, Haimar Zubeldia, primer español a 19 segundos, y Menchov, que cedió 50, pero la escabechina se confirmó para un buen número de candidatos. A saber, Frank Schleck se dejó 1,06 minutos; Samuel Sánchez 1.31; Cancellara 1.52; Alejandro Valverde, lastrado por un pinchazo antes del puerto, 2.19; y Gesink 2.55. Todos ellos pasan a luchar por las victorias de etapa como único objetivo.
La primera etapa con final en alto ofreció el esperado duelo entre favoritos, escena que sacó al Tour de la siesta de la semana anterior, marcada por las caídas. Por ese motivo, de salida faltaron 12 corredores, entre ellos cinco españoles, incluido Òscar Freire, que se perderá los Juegos Olímpicos.
Jornada aciaga para los españoles que entraron en Lieja pensando en el podio. Samuel Sánchez está duodécimo a 2.02 y Valverde trigésimoquinto a 4.50. 'El Tour no es mi carrera', remarcó el murciano.
Un ascenso de 5,9 kilómetros al 8,5 por ciento al nuevo 'Angliru del Tour', a la puerta de los Vosgos franceses que confirmó que la prueba francesa va a ser un duelo anglosajón Wiggins-Evans, ya en los primeros puestos de la general separados por diez segundos, pero con permiso de Nibali, que es tercero a 16.
'El objetivo era vestirme de amarillo. Es un sueño ser líder del Tour desde que era niño', señaló Wiggins nada más bajar del podio.
El Sky dinamitó la carrera en el primer puerto serio. Aguantaron el estonio Taaramae, Haimar Zubeldia, primer español a 19 segundos, y Menchov, que cedió 50, pero la escabechina se confirmó para un buen número de candidatos. A saber, Frank Schleck se dejó 1,06 minutos; Samuel Sánchez 1.31; Cancellara 1.52; Alejandro Valverde, lastrado por un pinchazo antes del puerto, 2.19; y Gesink 2.55. Todos ellos pasan a luchar por las victorias de etapa como único objetivo.
La primera etapa con final en alto ofreció el esperado duelo entre favoritos, escena que sacó al Tour de la siesta de la semana anterior, marcada por las caídas. Por ese motivo, de salida faltaron 12 corredores, entre ellos cinco españoles, incluido Òscar Freire, que se perderá los Juegos Olímpicos.
Jornada aciaga para los españoles que entraron en Lieja pensando en el podio. Samuel Sánchez está duodécimo a 2.02 y Valverde trigésimoquinto a 4.50. 'El Tour no es mi carrera', remarcó el murciano.
