El sevillano, ex corredor de 800 metros, busca una medalla en los 1.500, en una carrera sin un favorito claro

Manuel Olmedo, último cartucho español en Daegu

Olmedo, junto al venezolano Villanueva en la semifinal de 1.500 metros. (Foto: EMILIO NARANJO)
Manuel Olmedo, sevillano de 28 años, ex corredor de 800, constituye la última esperanza española de medalla en los Mundiales de Daegu aun cuando la final de 1.500 se le presente, este sábado, sin experiencia bastante para manejarse en las sutilezas tácticas del mediofondo.
Después que Olmedo todavía competirán en la sesión matutina de la jornada de clausura los maratonistas Chema Martínez, Pablo Villalobos y José Ignacio Díaz, y por la tarde Jesús España en la final de 5.000, pero ninguno de ellos tiene posibilidades reales de acercarse al podio.

El atletismo español, que en los Mundiales de Berlín 2009, por primera vez en la historia de los campeonatos, no tuvo representación en la final de 1.500, ha encontrado un nuevo finalista en Olmedo, un peso ligero de tobillo fino que trabaja en Soria a las órdenes de Enrique Pascual, el técnico de los ya legendarios Cacho y Abel Antón.

Con el título europeo en pista cubierta en el bolsillo, Olmedo está viviendo una temporada brillante en la que se ha consolidado como número uno español aprovechando la baja por lesión del campeón de Europa al aire libre, Arturo Casado. 'Lleva buscando esta final desde el primer día que llegó a Corea, reservando energías, siempre reservando, de ahí que en semifinales fuera recogiendo cadáveres. ¿La final? Dependerá de como salga. Tiene que guardar para el último 400 porque si está ahí con los demás puede ganarlos a todos', explicó Enrique Pascual.

'Hacerlo bien', advirtió, 'es estar peleando por las medallas. Luego puede ser sexto, pero hay que estar ahí en la lucha'.

Las semifinales se cobraron ya piezas importantes, como el propio defensor del título, el bahrainí Yusuf Saad Kamel; el subcampeón mundial, el etíope Deresse Mekonnen; el señalado como gran favorito, el marroquí Amine Laalou; y el keniano Daniel Komen.


UNA FINAL MUY ABIERTA

La final se presenta por tanto muy abierta y su desenlace dependerá mucho de como la afronten los africanos, si se deciden a endurecerla para dejar sin piernas a los rematadores ('killers') como Manuel Olmedo o prefieren cederle la responsabilidad a otros para sentenciar en el último 500.

Silas Kiplagat, de 22 años, autor de los dos mejores registros mundiales del año (3:30.47 y 3:31:39), concentra las mayores esperanzas de Kenia de conseguir su primer oro mundial en esta distancia, pero la gran potencia africana cuenta además con el campeón olímpico Asbel Kiprop, que demostró en Mónaco una gran punta de velocidad al ganar los 800 en 1:43.15.

El francés Mehdi Baala, que debe su presencia en la final a la generosidad de los jueces, que lo recalificaron después de haberse caído en la primera ronda, será uno de los favoritos, no sólo por su récord personal de 3:28.98, sino por su poderosa última vuelta.

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