MOTOR

Los pilotos más desgraciados de la F1

photo_camera Taki Inoue, en pleno atropello por parte del coche médico en el GP de Hungría de 1995

Un particular ranking que incluye retiradas de licencia, atropellos o duras críticas a los que son quizá los peores pilotos de la historia de la competición

Desde la creación del campeonato del Mundo en el año 50, cientos de conductores han pasado por los distintos equipos con más o menos gloria, mejores o peores resultados, pero siempre con la premisa de ser los mejores de su época. Como en todo, siempre hay matices (influenciados en muchos casos por el dinero) y en este artículo desgrano la triste y a la vez desternillante historia de los que son para mí, los peores pilotos de la Fórmula 1.

Taki Inoue “la suerte no existe”

No puedo negar que siento especial devoción por el simpático japonés Taki Inoue. Autoproclamado como uno de los peores pilotos de la historia de la F1, este buen hombre fue capaz de competir en el gran circo durante la temporada 95 y el GP de Japón de 1994. En su haber, 18 participaciones y 13 abandonos. Nada mal..

Pero si algo destaca de Inoue fue su mal fario durante su efímera carrera. Después de cuatro abandonos consecutivos en el inicio del 95, llegó el GP de Mónaco, en el que el japonés labró el primer capítulo de su desastrosa leyenda. Y es que cuando ya había terminado la calificación, y con Inoue remolcado por una grúa tras hacer un trompo y quedarse atascado en la zona de la piscina, apareció por detrás Jean Ragnotti con el Safety Car (coche de seguridad? Quien lo diría) realizando una exhibición con el nuevo Renault Clio (con look Maxi) con tan mala suerte que se llevó al japonés puesto, volcándolo y provocándole serias lesiones, ya que a pesar de que todavía tenía el casco puesto, se había soltado los cinturones. Por supuesto no pudo participar en la carrera, quinto abandono pero sin perder la sonrisa.

Meses más tarde llegó la cuadratura del círculo. En una de las situaciones más surrealistas de la 

historia de este deporte, Inoue terminó inconsciente sobre la hierba de una de las escapatorias del GP de Hungría tras ser atropellado por el coche médico. Bajo un cúmulo de circunstancias adversas, y tras abandonar por avería mecánica. El voluntarioso deportista fue a por un extintor para apagar un conato de incendio, cuando apareció el coche médico y...fatalidad... (niños, mirad a ambos lados antes de cruzar) inconsciente y con pata tiesa.

El resto del año es historia...mucho abandono, un octavo en Monza como mejor resultado y fin de su carrera en la F1 tras no lograr firmar con ningun equipo.

Marco Apicella “el efímero”

La historia de Marco Apicella es tan corta como una vuelta de Usain Bolt a un circuito de atletismo, o incluso menos. Este hombre estuvo en la fórmula 1 exactamente 300 metros de carrera, lo suficiente para salir, llevarse por delante a varios monoplazas y estamparse en la primera curva del circuito de Monza para ira y desesperación de Eddie Jordan, patrón de su equipo. Problemillas de dinero hicieron que fuese sustituido por otro piloto en la siguiente carrera y fin de su carrera en la máxima categoría. (Para ver el accidente, avanzar el vídeo hasta el minuto 4.30)

En su defensa debo decir que Apicella NO era mal piloto. Tuvo una trayectoria de relativo éxito en la F3000 pero la verdad es que merece estar en esta clasificación, 300 metros son demasiado poco, incluso para él.

Masami Kuwashima "todavía más efímero"

Si Apicella fue un caso de piloto al que no le dio tiempo a casi nada (bueno sí, a generar una factura terrible y con muchos ceros en forma de reparación), la situación de Masami Kuwashima fue semejante pero mucho más curiosa. 

En la recta final de la temporada 76, el piloto japonés consiguió a base de un poderoso talón un hueco en el equipo Williams para el GP de su país. Tal fue el esperpento a los mandos del coche británico en la primera tanda de práctica (rodó a cinco segundos de cabeza por vuelta) que su spónsor rompió el acuerdo y dejó a su Kuwashima en la estacada. Resultado, sustitución por Hans Binder y fin de trayectoria en la F1, todo esto en la misma tarde. 

Porque ya lo dice el refran: "lo que fácil viene, fácil se va".

Jean Denis Deletraz "insoportablemente lento"

En pleno crecimiento de los costes por estar en la F1, y con el dinero escaseando en los equipos pequeños que mendigaban dólares a casi cualquier precio, apareció, en la temporada 94, el piloto suizo Jean Denis Deletraz. Su bagaje en el Mundial son tres carreras, con dos abandonos y un décimoquinto.

Su debut competitivo (por decir algo) se produjo en el GP de Australia del 94 con Larrouse, convirtiéndose en el piloto número 46 que ese año corría alguna carrera en el Campeonato (obviamente entre las 14 escuderías). El helvético, con un talento inversamente proporcional a su cartera, hizo gala de sus dotes desde el inicio, se clasificó 25º (penúltimo vamos) y en la carrera del domingo, tras ser superado en la primera curva por el único incauto más lento que él en la parrilla, se convirtió en una chicane móvil. Antes de retirarse en la vuelta 57 por problemas con la caja de cambios tuvo tiempo de: ser doblado DIEZ veces (la primera en la décima vuelta) y curiosamente (ironías de la vida) ser sancionado por circular demasiado rápido por boxes en una parada. ¡Todo un portento!.

Tras esa carrera, Autosport, revista británica de referencia en el mundo de la competición afirmó que Deletraz era "insoportablemente lento".

En 1995, tras la desaparición de Larrouse por problemas económicos, Pacific Racing recurrió a los dólares de Deletraz para correr dos carreras y llenar un poco la caja.

En la primera de ellas, en el circuito de Estoril, tras una calificación desastrosa, el compañero Denis hizo méritos para seguir siendo un lastre. En el tercer giro perdía 40 segundos con el primero, fue doblado en la séptima vuelta y en la 14 abandonó por un supuesto dolor en un brazo (o en el orgullo).

Aquí, fue Niguel Roebuck uno de los referentes del periodismo en la F1 el que dijo : "Jean Denis hace que Lavaggi (otro piloto absolutamente horroroso que podría estar en esta clasificación sin problema) parezca Tazio Nuvolari (considerado uno de los mejores pilotos de la historia. Con actuaciones destacadas entre los años 20 y 50)", toda una declaración de intenciones.

Su último paseo por los circuitos fue en Nurburgring, aunque él aún no lo sabía. Confiado en su dinero, se clasificó a nueve segundos de la pole y se las apañó para terminar la carrera 15º a siete vueltas del ganador. Lamentablemente, su financiación se cortó de raíz, su contrato fue rescindido y el patrón del equipo Keith Wiggins lo justificó con estas palabras: "Si tenemos que basarnos solamente en su habilidad al volante, Deletraz no nos interesa", más claro agua, ¿no?

Yuji Ide "retirada de carnet"

Una temporada, cuatro carreras. Lo suficiente para ser invitado por la Federación Internacional de Automovilismo a volver a su casa de Japón. Yuji Ide, fue protagonista del inicio de la temporada 2006. Super Aguri, aquella escudería tan "curiosa", le dio un monoplaza a este hombre, que tras dos carreras dando bastante penilla, visitando las zonas sin asfalto a menudo y a un mundo de su compañero Takuma Sato, comenzó su corto periodo de "¿gloria?".

En Australia, tercera prueba del campeonato, trompeo seis veces en la sesión de calificación, llegando incluso a detener la prueba. Vamos que pasaba más tiempo mirando como pasaban los coches que corriendo. A pesar de todo, se las apañó para hacer tiempo y terminar en la posición 13, eso sí, con tres vueltas perdidas.

Sin embargo, en San Marino...¡Ay en San Marino! Ide se clasificó último y en la primera vuelta de la carrera, fatalidad. El japonés frena tarde y se lleva por delante a Christijan Albers provocando que el holandés de tres vueltas de campana pero sin que el Super Aguri del japonés sufra ningún desperfecto.

Tras este "incidente" y por su espectacular capacidad para ser un Kamikaze a cámara lenta, la FIA decidió retirarle la superlicencia para competir en la máxima categoría, siendo reemplazado por Frank Montagny.

Para un segundo volumen quedará la triste historia de Andrea de Cesaris, la de Chanoch Nissany y otros pilotos de desgracia en el mundo de la F1.

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