Samuel Sánchez iluminó la segunda victoria española en el Tour 2011 al imponerse en la duodécima etapa, entre Cugnaux y Luz Ardiden, de 211 kilómetros, estreno pirenaico con final en alto en la que el francés Voeckler conservó el liderato y Alberto Contador, con problemas en la rodilla, cedió tiempo ante sus rivales directos.
Samuel, campeón olímpico en Pekín 08, encendió su palmarés en el Tour con una victoria 'que buscaba desde niño' y unió su nombre al de otros cuatro ciclistas españoles ganadores en Luz Ardiden, Pedro Delgado (1985), Miguel Indurain (1990), Lale Cubino (1998) y Roberto Laiseka (2001).
El asturiano consiguió una victoria 'que vale doble y justifica toda una temporada' fraguada en los últimos 300 metros, cuando arrancó para despegarse del belga Vanendert, con el que compartió escapada en el último ascenso. El asturiano, con un tiempo de seis horas y un minuto, pasó la línea con siete segundos de adelanto sobre su rival y diez sobre Frank Schleck, el primero de los favoritos y triunfador de la jornada. Ivan Basso, Cadel Evans y Andy Schleck cruzaron la meta a 30 segundos, Cunego lo hizo a 35 y Alberto Contador con un retraso de 43.
El madrileño ofreció una imagen inusual, siempre agazapado en el grupo, lejos de su faceta ofensiva, como la que por ejemplo ofreció en el Giro de Italia.
Contador despejó algunas dudas y sembró otras. Aunque no sufrió ningún descalabro, pues sólo se dejó 13 segundos con Basso, Evans y Andy y 33 con Frank, aportó un dato que era un secreto a voces, la rodilla derecha no está en perfectas condiciones. Mal síntoma, pues admitió que los dolores le impiden pedalear con normalidad y que sufrió 'desde el Tourmalet'.
El sábado, más batalla
Sus rivales ya saben donde le duele al tres veces ganador del Tour y cuál es la herida que deben hurgar, aunque Contador intentó restarle importancia a su verdadero estado físico. 'Mi rodilla va a ir mejor cada día y espero estar a tope para el sábado. Ahora hay que correr de forma más inteligente', señaló.
Posiblemente sus enemigos perdieron una buena ocasión para sacarle más tiempo al ciclista español. Frank Schleck atacó tres veces, la última y definitiva a 2,5 kilómetros de meta. Demasiado tarde. Los demás lograron despegarse en los últimos mil metros. Poco castigo para el jefe de filas del Saxo Bank, una vez más solo ante la jauría de rivales.
La escasa batalla entre los gallos de la general la aprovechó muy bien el francés Thomas Voeckler para defender con uñas y dientes el maillot amarillo. En el día de la fiesta nacional francesa tuvo el honor de subir al podio como líder. No lo esperaba ni él, pero las circunstancias de carrera y su pundonor le permitieron prolongar el sueño.
Frank Schleck, nuevo jefe de la oposición, pasó al segundo puesto de la general, a 1.49 de Voeckler. Alberto Contador salió de Luz Ardiden séptimo a 2.11 de Frank, 1.54 de Evans y 1.43 de Andy Schleck. Más tiempo a recuperar.
Etapa señalada
Era el día del campeón olímpico, el líder del equipo Euskaltel, que tenía señalada esta etapa en su agenda, la más bonita posible en la presente edición del Tour de Francia. Sólo tenía el obstáculo de Vanendert. El asturiano, de 33 años, zanjó el dilema con un arranque que no tuvo respuesta.
El asturiano consiguió una victoria 'que vale doble y justifica toda una temporada' fraguada en los últimos 300 metros, cuando arrancó para despegarse del belga Vanendert, con el que compartió escapada en el último ascenso. El asturiano, con un tiempo de seis horas y un minuto, pasó la línea con siete segundos de adelanto sobre su rival y diez sobre Frank Schleck, el primero de los favoritos y triunfador de la jornada. Ivan Basso, Cadel Evans y Andy Schleck cruzaron la meta a 30 segundos, Cunego lo hizo a 35 y Alberto Contador con un retraso de 43.
El madrileño ofreció una imagen inusual, siempre agazapado en el grupo, lejos de su faceta ofensiva, como la que por ejemplo ofreció en el Giro de Italia.
Contador despejó algunas dudas y sembró otras. Aunque no sufrió ningún descalabro, pues sólo se dejó 13 segundos con Basso, Evans y Andy y 33 con Frank, aportó un dato que era un secreto a voces, la rodilla derecha no está en perfectas condiciones. Mal síntoma, pues admitió que los dolores le impiden pedalear con normalidad y que sufrió 'desde el Tourmalet'.
El sábado, más batalla
Sus rivales ya saben donde le duele al tres veces ganador del Tour y cuál es la herida que deben hurgar, aunque Contador intentó restarle importancia a su verdadero estado físico. 'Mi rodilla va a ir mejor cada día y espero estar a tope para el sábado. Ahora hay que correr de forma más inteligente', señaló.
Posiblemente sus enemigos perdieron una buena ocasión para sacarle más tiempo al ciclista español. Frank Schleck atacó tres veces, la última y definitiva a 2,5 kilómetros de meta. Demasiado tarde. Los demás lograron despegarse en los últimos mil metros. Poco castigo para el jefe de filas del Saxo Bank, una vez más solo ante la jauría de rivales.
La escasa batalla entre los gallos de la general la aprovechó muy bien el francés Thomas Voeckler para defender con uñas y dientes el maillot amarillo. En el día de la fiesta nacional francesa tuvo el honor de subir al podio como líder. No lo esperaba ni él, pero las circunstancias de carrera y su pundonor le permitieron prolongar el sueño.
Frank Schleck, nuevo jefe de la oposición, pasó al segundo puesto de la general, a 1.49 de Voeckler. Alberto Contador salió de Luz Ardiden séptimo a 2.11 de Frank, 1.54 de Evans y 1.43 de Andy Schleck. Más tiempo a recuperar.
Etapa señalada
Era el día del campeón olímpico, el líder del equipo Euskaltel, que tenía señalada esta etapa en su agenda, la más bonita posible en la presente edición del Tour de Francia. Sólo tenía el obstáculo de Vanendert. El asturiano, de 33 años, zanjó el dilema con un arranque que no tuvo respuesta.
