El entrenador abandona el banquillo azulgrana para tratarse de la grave enfermedad que padece desde hace casi dos años

Vilanova deja el Barça

Sandro Rosell, durante la rueda de prensa en la que anunció que Vilanova deja de ser entrenador del Barcelona (Foto: Alejandro García)
Tito Vilanova dejó de ser entrenador del Barcelona para seguir tratándose del cáncer que padece desde hace año y medio, según confirmó el presidente del club catalán, Sandro Rosell.
'Comparezco ante vosotros para comunicaros una noticia que nunca en la vida me gustaría haber dado', declaró Rosell.

'Después de evaluar el resultado de las pruebas rutinarias de seguimiento realizadas esta semana a Tito Vilanova, se ha presentado la posibilidad de hacer un tratamiento para seguir controlando su enfermedad que es incompatible con ser el responsable del primer equipo de fútbol a partir de ahora', informó el máximo mandatario azulgrana.

Acompañado del director deportivo, Andoni Zubizarreta, y arropado por algunos miembros de la junta directiva, los 15 jugadores de la primera plantilla que ya han vuelto a los entrenamientos, la totalidad del cuerpo técnico y el representante de Vilanova, Josep Maria Orobitg, un Rosell afectado no admitió preguntas tras su intervención.

'La vida continúa. Es un golpe durísimo para el Barça, pero el Barcelona ha sufrido muchos golpes y siempre se ha repuesto. Hoy (por ayer) no será la excepción', apuntó el presidente de la entidad azulgrana, quien informó de que el club no anunciará quién será el sustituto de Vilanova hasta la próxima semana.

La noticia de la recaída de Vilanova, operado por primera vez de un tumor en una glándula parótida en noviembre de 2011, obligó a suspender no solo el entrenamiento de ayer, sino también el primer amistoso de la temporada, que el Barcelona iba a disputar hoy en Polonia ante el Lechia Gdansk.

'Hemos estado reunidos con todos los jugadores en el vestuario y hemos decidido no viajar mañana a Polonia. No hay ánimos para hacerlo', concluyó Sandro Rosell.


EL EQUIPO DE SU VIDA

A la segunda recaída Vilanova decidió que su salud, su vida, es más importante que dirigir a su equipo del alma, porque el cáncer no conoce de sueños, ni de deseos, ni tampoco de anhelos.

A Tito esa cruel enfermedad le golpeó por primera vez en noviembre de 2011. Entonces, era el segundo de su amigo Pep Guardiola, y ni se imaginaba que, cinco meses después, el club le propondría sustituir al mejor entrenador de la historia del Barça y le daría las riendas de un equipo plagado de estrellas para que pudiera demostrar que no solo era un genio de la pizarra sino también un excelente gestor de recursos humanos.

Se operó de un tumor en una glándula parótida en el hospital de la Vall d'Hebron un 11 de noviembre, víspera de un partido de la Liga de Campeones ante el Milan.

Tras pasar por el quirófano, Vilanova se reincorporaba progresivamente al trabajo dos semanas después y, en mayo de ese año, el doctor Ricard Pruna confirmaba que el técnico catalán estaba 'médicamente curado'.

Tras el adiós de Guardiola, Tito se convirtió, ante la sorpresa del entorno barcelonista, en el primero de a bordo. Sin embargo, el cáncer irrumpiría de nuevo en la vida de Tito para ponerlo todo patas arriba, incluido el vestuario que dirigía con enorme éxito hasta entonces y que acusó, esta vez sí, el delicado estado de salud de su líder, demasiadas veces ausente del día a día.

El 19 de diciembre por la mañana, el Barcelona enviaría a los medios un comunicado anulando la comida de Navidad, preludio de una malísima noticia, como lo fue ayer la anulación del entrenamiento vespertino y la convocatoria de urgencia de la rueda de prensa en la que el presidente del club, Sandro Rosell, y el director de fútbol, Andoni Zubizarreta, anunciaron esta segunda recaída.

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