La banca española percibe una mayor dificultad para acceder a los mercados de financiación mayorista, lo que tiene efectos negativos sobre el coste de sus fondos propios y su disposición a conceder nuevos préstamos.
Así figura en la Encuesta sobre Préstamos Bancarios en España del Banco de España que relaciona el endurecimiento del acceso a la financiación mayorista a la crisis de deuda soberana de los países periféricos de la zona euro.
El instituto emisor precisa en su Boletín Económico mensual que, a excepción del segmento de valores de medio y largo plazo para el caso español, este empeoramiento habría sido menos intenso que el observado en el segundo trimestre de 2010.
De forma similar a lo que sucedió en el periodo comprendido entre abril y junio de 2010, en los últimos tres meses del año se produjo un deterioro general de las condiciones de acceso a la financiación al por mayor, constata el regulador.
En esta ocasión, el resultado estaría relacionado con la renovación de las tensiones en los mercados soberanos del área euro, como consecuencia de los problemas del sistema bancario irlandés y de sus finanzas públicas, destaca.
'Los encuestados en general, manifestaron que el efecto de la situación en los mercados financieros sobre el coste de sus fondos propios y sobre su disposición a conceder nuevos préstamos habría continuado siendo negativo', recoge el Banco de España.
CRÉDITOS A EMPRESAS Y HOGARES.
Los criterios de aprobación de nuevos créditos a grandes empresas registraron un ligero endurecimiento, y las condiciones de los préstamos se hicieron algo más restrictivas, ampliándose los márgenes aplicados a los préstamos ordinarios y de mayor riesgo, así como las garantías requeridas.
En cuanto a la financiación a los hogares para la compra de vivienda y para consumo y otros fines, los costes de financiación y disponibilidad de fondos tuvieron un efecto ligeramente contractivo en la oferta, agrega el organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
No obstante, las previsiones de las entidades para el trimestre en curso apuntan a una cierta estabilidad de la situación en los mercados financieros mayoristas, por lo que no se esperan cambios en los criterios de aprobación de créditos en España, ni en hogares ni en sociedades.
En cuanto a las nuevas solicitudes de financiación en España, los bancos encuestados anticipan un pequeño aumento, en el caso de las empresas, pymes principalmente, y una reducción en las procedentes de los hogares, tanto para consumo como para compra de vivienda, pero sobre todo en estas últimas.
OFERTA Y MARGENES.
La oferta de préstamos bancarios en España se mantuvo estable en el último trimestre, tanto para sociedades como para hogares para compra de vivienda, y para consumo, aunque 'parece haberse aplicado un cierto aumento de los márgenes aplicados'.
La demanda de créditos de las sociedades españolas también se mantuvo estable, mientras que la de los hogares mostró una nueva contracción en la destinada al consumo y un cierto aumento a la destinada a la compra de inmuebles, dice.
El Banco de España considera que la evolución de esta última podría estar relacionada con los recientes cambios fiscales, tanto el aumento del IVA en julio de 2010 como la desaparición de la desgravación fiscal por la inversión en vivienda para las rentas medias y altas a principios de 2011.
El instituto emisor precisa en su Boletín Económico mensual que, a excepción del segmento de valores de medio y largo plazo para el caso español, este empeoramiento habría sido menos intenso que el observado en el segundo trimestre de 2010.
De forma similar a lo que sucedió en el periodo comprendido entre abril y junio de 2010, en los últimos tres meses del año se produjo un deterioro general de las condiciones de acceso a la financiación al por mayor, constata el regulador.
En esta ocasión, el resultado estaría relacionado con la renovación de las tensiones en los mercados soberanos del área euro, como consecuencia de los problemas del sistema bancario irlandés y de sus finanzas públicas, destaca.
'Los encuestados en general, manifestaron que el efecto de la situación en los mercados financieros sobre el coste de sus fondos propios y sobre su disposición a conceder nuevos préstamos habría continuado siendo negativo', recoge el Banco de España.
CRÉDITOS A EMPRESAS Y HOGARES.
Los criterios de aprobación de nuevos créditos a grandes empresas registraron un ligero endurecimiento, y las condiciones de los préstamos se hicieron algo más restrictivas, ampliándose los márgenes aplicados a los préstamos ordinarios y de mayor riesgo, así como las garantías requeridas.
En cuanto a la financiación a los hogares para la compra de vivienda y para consumo y otros fines, los costes de financiación y disponibilidad de fondos tuvieron un efecto ligeramente contractivo en la oferta, agrega el organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
No obstante, las previsiones de las entidades para el trimestre en curso apuntan a una cierta estabilidad de la situación en los mercados financieros mayoristas, por lo que no se esperan cambios en los criterios de aprobación de créditos en España, ni en hogares ni en sociedades.
En cuanto a las nuevas solicitudes de financiación en España, los bancos encuestados anticipan un pequeño aumento, en el caso de las empresas, pymes principalmente, y una reducción en las procedentes de los hogares, tanto para consumo como para compra de vivienda, pero sobre todo en estas últimas.
OFERTA Y MARGENES.
La oferta de préstamos bancarios en España se mantuvo estable en el último trimestre, tanto para sociedades como para hogares para compra de vivienda, y para consumo, aunque 'parece haberse aplicado un cierto aumento de los márgenes aplicados'.
La demanda de créditos de las sociedades españolas también se mantuvo estable, mientras que la de los hogares mostró una nueva contracción en la destinada al consumo y un cierto aumento a la destinada a la compra de inmuebles, dice.
El Banco de España considera que la evolución de esta última podría estar relacionada con los recientes cambios fiscales, tanto el aumento del IVA en julio de 2010 como la desaparición de la desgravación fiscal por la inversión en vivienda para las rentas medias y altas a principios de 2011.
