El vicepresidente de la CEOE niega que Juan Rosell pidiera retirar derechos al trabajador indefinido

La patronal matiza que quiere 'hiperflexibilizar' los contratos

El vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, poco antes de una rueda de prensa.
Las declaraciones del presidente de la patronal española, Juan Rosell, el pasado lunes, en las que pedía menos privilegios para los contratos indefinidos, desencadenaron fuerte polémica y un rechazo generalizado de los sindicatos. Ayer, el vicepresidente de la CEOE y presidente de CEIM, Arturo Fernández, se vio obligado a matizarlas. 'El presidente Juan Rosell, no ha dicho en absoluto que quiera quitar derechos a los trabajadores, sino que lo que único pidió es una hiperflexibilidad en la contratación'.
Fernández defendió que las afirmaciones que efectuó Rosell durante una entrevista radiofónica sobre retirar 'algunos privilegios' a los contratos indefinidos e incrementárselos a los temporales no se interpretaron correctamente, pues no estaba hablando de quitar derechos a nadie. 'Lo que pide mi presidente es más flexibilidad en la contratación. En un mundo hiperflexible, lo que queremos es hiperflexibilidad en la contratación', inisitió Fernández, que aseguró además que la CEOE considera que, frente a las 46 fórmulas de contratación existentes, 'con seis o siete sería más que suficiente'.


REACCIONES

Pese a estas matizaciones, ayer continuó la cascada de reacciones a las palabras de Rosell. Así, el secretario de Comunicación de UGT en Andalucía, José Ginel, instó al presidente de la patronal CEOE a que elimine los blindajes 'millonarios' de los directivos de las empresas y de la banca si quiere 'acabar con los privilegios'.

La portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, dijo por su parte que los trabajadores españoles 'no tienen privilegios' sino 'derechos'. La socialista recalcó que es 'muy grave' confundir derecho con privilegio, y manifestó que las declaraciones de Rosell plasman la ideología que inspiró la reforma laboral.

La Unión Sindical Obrera expresó también su rechazo al planteamiento d Rosell, denunciando que 'ni es nueva ni sirve para paliar la crisis que sufre España'.

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